LA VENTANA DE LA UJI

Prevención de violencias en el campus por las 'personas de confianza'

Fernando Vicente Pachés

Fernando Vicente Pachés

El 25N se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer. En febrero de este año, el Consejo de Gobierno de la Universitat Jaume I aprobaba su nuevo protocolo para la prevención, detección y actuación ante los supuestos de violencia, acoso y discriminación. Con este protocolo se pretende dar respuesta a todas las formas de violencia y acoso, y, sobre todo, que las víctimas se sientan protegidas en todo el proceso, debidamente acompañadas, sabedoras que contarán siempre con el amparo y apoyo suficiente y necesario de no tolerar y combatir con firmeza toda forma de violencia machista y LGTBIQ+ fóbica, porque el compromiso ético de la Universitat Jaume I de no tolerar y combatir estas conductas debilita la actitud de los agresores.

Contamos con un protocolo totalmente mejorado, actualizado, novedoso, moderno, con dimensión de género, y pionero en numerosas medidas preventivas y correctoras, sabedores que la prevención es, sin duda, el instrumento más eficaz para erradicar toda conducta ilícita. Se trata de un protocolo ambicioso, puesto que no solo pretende eliminar el acoso, si no que pretende erradicar también las múltiples violencias y las conductas discriminatorias. La revisión y actualización de este protocolo venía motivado en la necesidad de implementar una acción del III Plan de Igualdad UJI (2021-2025)incorporando la numerosa normativa estatal recientemente aprobada con el fin de afrontar con mayor solvencia o firmeza todas las formas y manifestaciones de acoso y violencia (Convenio 190 OIT, LO 10/2022, de garantía integral de la libertad sexual, Ley 15/2022, de igualdad de trato y no discriminación, Ley 3/2022, de convivencia universitaria, LO 2/2023, del sistema universitario -LOSU-).

El protocolo recoge un procedimiento específico y ágil de intervención, de acompañamiento y reparación a la víctima, tratando de atender y resolver con la máxima celeridad y rigor las situaciones detectadas y denunciadas. Incluso, conscientes que en las relaciones personales y profesionales se ha incrementado el uso de TIC, se ha incorporado la gestión preventiva de la violencia digital y el ciberacoso como fenómenos de especial atención.

El protocolo tiene una importante dimensión preventiva: destacan las actuaciones proactivas, esto es, actuar antes de la existencia de un caso de violencia y acoso, puesto que el hecho de tener un protocolo no es suficiente. Y ante una incidencia de violencia, con el consiguiente sufrimiento de una persona, se debe actuar de inmediato, con o sin denuncia expresa. Y es que se constata que las personas que sufren casos de violencia, acoso y discriminación –de mayor o menor gravedad- no siempre llega a dar el importante paso de denunciar, y ello por multitud de razones: falta de información y confianza, miedo, impotencia, vergüenza, represalias, relaciones de poder…

Actuar sin denuncia

Porque, aunque no exista denuncia de unos hechos, no podemos dejar de actuar, pues sin intervención alguna no se proporciona una respuesta idónea y eficaz ante estos tipos de conductas y frente a quienes las perpetran. En consecuencia, es necesario cubrir ese espacio de desprotección o vulnerabilidad en que podrían quedar estas personas, –en su mayoría mujeres- en el que existe una posible situación reprochable, pero como, lamentablemente, se desconoce o no se tiene información, no se puede actuar o intervenir hasta el momento que la víctima denuncie dando a conocer unos hechos.

Para dar solución y ayudar a estas personas que padecen conductas intolerables, se instaura en la Universidad -como novedosa medida preventiva- la creación de la figura de las personas de confianza con el claro objetivo de detectar posibles incidencias o casos de violencia, acoso y discriminación en el campus, tratando de ofrecer a través de estas personas de confianza la oportunidad de escuchar, informar, orientar y acompañar a quienes hayan podido sufrir algún tipo de daño.

Las personas de confianza están presentes y disponibles por todo el campus: en cada uno de los centros o facultades, en la escuela de doctorado, conserjerías, secciones sindicales UJI, consejo del estudiantado, delegadas y delegados de clase y determinados servicios de la universidad (servicio de deportes, biblioteca, servicio de prevención…). Pueden contactar con estas personas de confianza todos los miembros de la comunidad universitaria, están debidamente identificadas en la web de la Unidad de Igualdad y dotadas de un distintivo específico en lugares visibles para su fácil localización.

Como personas de referencia, tienen la principal misión de generar un entorno de confianza que permita la visibilización y transmisión de quejas o denuncias sobre violencias, acoso o discriminación en la Universidad. Además, las personas de confianza cuentan con formación y sensibilización específica y de cómo deben de actuar ante una incidencia. Es primordial que estén suficientemente formadas en el ejercicio de su función y deben conocer el contenido del protocolo y los estándares de atención a las personas que han sufrido algún tipo de daño o violencia. Tienen también atribuidas competencias para interponer una queja/reclamación o incluso, ayudar a redactar e interponer una denuncia, en este caso, con el consentimiento ineludible de la víctima.

Confiemos que la trascendental labor de estas personas de confianza sea un referente para atajar en el campus toda forma de violencia/acoso y que tras su puesta en funcionamiento en el campus proporcione cuanto antes los mejores resultados. A todas estas personas de confianza quiero agradecer su inestimable implicación y compromiso en tan especial cometido. Basta ya. Erradicarlas violencias y acosos es tarea de toda la comunidad universitaria.

Profesor de Derecho del Trabajo y Director Unidad de Igualdad UJI