tribuna vecinal

Las rebajas nos persiguen

Concha Guillamón

Concha Guillamón

Las rebajas de enero, los descuentos o las ofertas parecen perseguirnos durante todo el año y lo que para algunos es una experiencia feliz, para otros puede resultar una sensación agotadora. Los comerciantes necesitan vender las existencias de temporada que tienen aún disponibles, precisan deshacerse de la mercancía almacenada para poder sustituir estos productos por otros de nueva temporada.

A esta presión por vender hay que unir las ganas de adquirir del comprador y para ello crecen las campañas publicitarias en los distintos medios de comunicación que promocionan las ventas y hacen aumentar las necesidades del consumidor.

La tentación es enorme y, antes de salir corriendo hacia las tiendas o centros comerciales, deberíamos reflexionar sobre nuestras necesidades reales. Abre el armario y verás que rebosa de ropa, mira el zapatero y pregúntate si eres un ciempiés, observa tus dos hombros y comprueba cuántos bolsos puedes llevar. Digo esto porque las estadísticas reflejan que efectuamos un mayor dispendio en el sector de zapatos y de textil. Parece que no hemos recibido suficientes regalos durante las navidades y pretendemos renovar nuestras pertenencias.

Ir de compras aumenta la segregación de serotonina y de dopamina y temporalmente nos contenta, nos hace más felices y nos evade de problemas personales, pero esta alegría vendrá más tarde acompañada por la culpabilidad de haber realizado una adquisición innecesaria.

Si aun así vas a ir de rebajas, ya a las segundas rebajas, es preciso valorar qué objetos vas a comprar; si se trata de una necesidad real o de una compra compulsiva. Para evitar esta última es recomendable hacer una lista y no llenar la cesta a lo loco. Recuerda, también, que los comercios tienen la obligación de indicar el precio anterior y el actual rebajado y, que en ningún caso deberían ofrecer productos con tara o defectuosos, ni de otras temporadas.

Compra con la cabeza porque se están viendo casos de personas que piden dinero a crédito para comprar en el periodo de rebajas y otros que todavía están pagando su último viaje. Sí, así está la cosa, ciudadanos endeudados por darse caprichos, familias que no llegan a fin de mes, personas que se quejan del precio de los alimentos y de la luz, pero que se compran un móvil de última generación. Por favor, actúa con sentido común, compra de forma responsable y sólo hasta donde te llegue el bolsillo.

*Presidenta de la Asociación de Vecinos La Choquera