Opinión | COSAS MÍAS

La buena atención

La verdad es que no es que me esté haciendo mayor. La verdad es que soy viejo, viejo sin emmiendas ni paliativos. Y de eso me estoy dando cuenta por las muchas deficiencias que observo en mi body. Que si falta de agilidad y flexibilidad, una reducción de fortaleza ostensible, un oído que en alguna ocasión me traiciona (y bien que lo siento, singularmente, dada mi afición a la música), dolor en las articulaciones y una pérdida de visión que me a obliga ir, perenmemente, con las gafas calzadas y lo que es peor, su sustitución, a medida que mis ojos se niegan a acoplarse con las que llevan dos o tres años delante de ellas y reclaman unas nuevas con mayor graducación. Es lo que hay y, o lo acepto, o me tiro por el balcón; aventura que no me apetece nada. En consecuencia, dirigí mis pasos a la óptica, sita en mi querida calle de Enmedio (vivo en ella) a la altura de lo que en su día estuvo el cinema Romea, de la que ya fue clienta mi idolatrada esposa Marisa y ahora lo soy yo, en solitario. Bueno, en solitario no: me acompañó mi preciosa hija Beatriz, para ayudarme a elegir montura.

Buen trato

La verdad es que aunque agradecí su presencia, me atrevería a decir que no fue determinante. La atención fue tan esmerada como profesional y afectuosa. Las dos dependientas, por cierto tan eficaces como atractivas, tuvieron todas las atenciones posibles con este carcamal, latoso e indeciso. Agradecí la cortesía y el buen trato, que, lamentablemente, en esta sociedad, indiferente y desdeñosa que vivimos, no son frecuentes. Precisamante por ello, quiero dar testimonio escrito de esa actitud, porque no es frecuente. Sin duda, en un comercio, ese trato es una invitación a arraigar la clientela. Así que complacido, después de elegir las monturas y que me graduaran la visión para confeccionarme las lentes, salí del comercio, francamante satisfecho. No sin antes profesar, a modo de despedida, aquellas palabras del general estaounidense Douglas Mc Arthur, cuando abandonó Filipinas: «Me voy, pero volveré».

Cronista oficial de Castelló