Opinión | EL TURNO

Esto también pasará

Cuenta una leyenda sufí que un rey pidió a los sabios de la corte un mensaje breve que le ayudara en momentos de desesperación, tan corto que pudiese ser guardado dentro de un anillo. A los sabios les resultó muy difícil pensar en un mensaje que contuviese solo tres palabras. El rey tenía a un anciano sirviente al que también consultó y quien le dijo sabía qué mensaje poner. Se lo escribió en un papel y le dijo que lo leyera solo cuando se encontrara en una situación desesperada. Poco tiempo después, el país fue invadido y el rey, en su huida, recordó el mensaje del anillo. Sacó el papelito y leyó: «Esto también pasará».

En ese momento consiguió la serenidad necesaria para reunir de nuevo a su ejército y ganar la batalla. El día de la victoria se hizo una gran celebración y, mientras el Rey se sentía orgulloso y ufano de sí mismo, el anciano, que estaba sentado a su lado, le dijo que era el momento de volver a leer el papelito. En ese momento, la altivez del rey desapareció y comprendió que lo malo es tan transitorio como lo bueno. Y es que ninguna emoción es permanente, por eso conviene tener presente la transitoriedad de las situaciones, invitando a la calma en momentos difíciles y a disfrutar de los momentos de felicidad, sabiendo que también son efímeros. Desde la montaña rusa de la alegría hasta el carrusel de la tristeza somos una noria de emociones. Cuando estemos en un caos emocional, recordemos que todas las emociones son escenas pasajeras en el guion de nuestra vida.

Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)