Opinión | LA RUEDA

No es un día cualquiera

Querido/a lector/a, quería hablar de Pedro Sánchez y de la suspensión de su agenda, pero lo dejo para otro viernes porque no puedo ni debo pasar por alto el 1 de Mayo. Y es que, para mí, el 1 de Mayo no es un día cualquiera del calendario. En términos generales recuerda el origen y el proceso de aquellos obreros que ofrecieron sus sacrificios por defender salarios y horarios que les permitieran vivir dignamente. Circunstancias que, por desgracia, se han repetido a lo largo de la historia. Siempre, a los trabajadores, les ha costado sangre, sudor y lágrimas conseguir reconocimiento, respeto y derechos. No obstante, ahora, y más allá de la condición ética del recuerdo, el 1 de Mayo celebra la importancia del movimiento y de las organizaciones sindicales. Pero, a la vez, aprovecha para reivindicar los objetivos del futuro. Así pues, es un día de recuerdo, de fiesta y de reivindicación que en este 2024 se concreta con la exigencia de que ni el gobierno, ni los empresarios, ni nadie, se quede en la autocomplacencia de los buenos datos y avancen en reformas que ayuden al pleno empleo, a la reducción de la jornada y a la mejora del salario.

La fábrica Segarra

A pesar de lo dicho, en mi caso hay un par de razones más que me obligan a celebrar el 1 de Mayo. Digo, que ese día se casaron mis padres y, como todo los años, he acudido al cementerio a ponerles un ramo de flores. La otra razón tiene que ver con la manifestación del 1 de Mayo de 1970 en la Vall d’Uixó. Con el recuerdo del día en el que los trabajadores de la fábrica Segarra elevaron el nivel de su lucha y dejaron constancia de que, sin un marco de libertades democráticas, no podían defender con garantías sus reivindicaciones laborales. Así es que, repito, para mí, el 1 de Mayo no es un día cualquiera del calendario.

Analista político