Opinión | EL TURNO

Ser ambivertido

Es habitual que, cuando preguntamos por la personalidad de cada uno, diferenciemos entre introversión y extraversión como dos categorías independientes, valorándolas como una dicotomía: o eres una cosa o eres la otra.

Pero, como todo en la vida, nada es blanco o negro. El término ambivertido se utiliza para un rasgo de la personalidad que expresa características de introversión y extraversión, es decir, es un punto medio entre ambas. Para entender este concepto, debemos discernir la introversión y la extraversión no como categorías independientes y separadas sino como polos de una misma dimensión, dando la posibilidad de que las personas se sitúen en este continuo.

Los introvertidos están más vinculados a la introspección, mostrando un mayor interés y atención a su mundo interior, en sus pensamientos y emociones. Los extravertidos muestran un mayor interés por el conocimiento del mundo exterior y por las relaciones sociales.

Se considera que la ambiversión es un rasgo más funcional, puesto que permite al sujeto ser flexible, mostrando distintos modos de actuación,y pudiendo adaptarse. Pueden alternar entre comportamientos introvertidos y extravertidos según la situación, por mor de su adaptabilidad.Una criatura mitad fiesta, mitad siesta, que desafía las categorías convencionales, como si estuviera jugando al ping-pong emocional consigo mismo, y ambos lados siempre parecen estar ganando.