Opinión | PUNTO DE VISTA

La farsa de Sánchez

Pedro Sánchez y su cartita tenían un único objetivo: mantenerse en el poder y para eso, todo vale. El uso de su mujer, que debería explicar sus negocios. El recurso populista a la movilización, 17.000 en dos manifestaciones, un fracaso. La mentira, la manipulación y la tergiversación. Al respecto, «la máquina del fango» de Umberto Eco se refiere a las mentiras que el presidente, en ese caso Berlusconi, lanzaba contra los jueces que le investigaban y la prensa que lo criticaba. Enfrentar a la sociedad, en vez de sembrar concordia y entendimiento. La opacidad absoluta, sin periodistas ni preguntas. Ni comparecencias parlamentarias incómodas. Sin dar ninguna explicación de todos los conflictos que le rodean, el de Begoña, los abucheos que le acompañan donde va, la falta de presupuestos, la ley de amnistía que ha movilizado millones de personas en su contra, Delcy, Koldo y Abalos, pactos con los herederos de ETA e independentistas, etc. De todo esto no habla. Se queja de campañas de acoso cuando él mismo lo ha usado contra sus oponentes, cuyos familiares han sido difamados sin parar. Cree que él es la democracia y quienes le atacan están en contra de la misma, desvarío autoritario peligrosísimo, impropio de un Estado de Derecho. Dejar de sujetarse a los controles democráticos te convierte en un autócrata egocéntrico. Ataca a los medios, los pocos que no son de su cuerda, y al poder judicial, al que intenta someter. Quiere incorporar cañones a su muro para exterminar a todos los que están al otro lado, en el lado de la democracia auténtica, el pluralismo y la libertad.