Opinión | EL TURNO

Pedro Sánchez ‘de Kirchner’

El pasado lunes asistimos a la enésima puesta en escena desde el Palacio de la Moncloa y con un presidente del Gobierno encantado de tener en vilo a todo su equipo, que no a todo un país.

Y es que España ha seguido funcionando a pesar de su retiro en busca de reflexión, los españoles han seguido madrugando y acudiendo a su trabajo y la normalidad ha sido la nota predominante. Vamos, que los españoles no estamos para teatros y lo que queremos es que los políticos solucionen problemas y no que nos los den. Absolutamente nada ha cambiado en cinco días de retiro, pero curiosamente lo que antes era inasumible ahora es un acicate para, y ojo a la expresión, defender la democracia española. Y millones de españoles nos preguntamos, ¿defenderla de qué? Pues parece ser que de jueces que instruyen causas ante denuncias, como en toda España. De periodistas que discrepan de ministros y gobiernos, como en todo el mundo. Y de ciudadanos que no aprueban su acción de gobierno y su entrega a los independentistas y de millones de españoles que quieren que todos seamos iguales ante la ley y que los delincuentes respondan por sus delitos, como pensaría cualquier persona con un mínimo de sensatez.

Ante esta realidad, y absoluta normalidad, se nos muestra un presidente que afirma que la democracia española peligra y que se cree llamado a la gran tarea de salvarla. El normal funcionamiento de las instituciones se convierte en agresión y aquí sí que se encienden las sirenas. El presidente delira y cree que existe un ataque facha a nuestra democracia, y por descontado es facha todo aquel que no piensa como él. Ante esta situación se cree legitimado para empezar a tomar acciones que apaguen la voz de periodistas y medios que no opinan como él o para cuestionar la acción de la justicia en España.

Aquí nos vienen a la cabeza grandes populistas (con o sin chándal de colores) que laminan, debilitan y envilecen el normal funcionamiento de las instituciones de sus países para perpetuarse en el poder y anular toda legítima oposición.

Por supuesto, por el camino dejan a su patria empobrecida aniquilando los sectores productivos. Esta historia nos suena y por ello nos preocupa.