Opinión | LA FIRMA

Fantasmas

Está claro que cuarenta y pico años dan para mucho y que las campañas electorales han sufrido profundas modificaciones a lo largo de este tiempo. De aquellas pegadas de carteles que a los estudiantes (embadurnados en cola) nos servían para ganarnos unos duros queda ya poco o nada. Hoy la cosa va por otro lado; pero siguen los duros en política en un tensionado clima donde hay más pegada que carteles.

En el ring de la política actual la moderación es de cobardes y los principios parecen ser meros chicles condenados a ocultarse bajo la mesa. De huertos donde se cultivaban las ideas y las propuestas, la sobreactuación es hoy la coreografía elegida por quienes ansían el desmedido aplauso. No se busca a convencidos, sino a devotos del imaginario de unos pocos. Y este es el caldo de cultivo de quien esgrime la sinrazón de los argumentos imposibles y el escoramiento continuo. El sueño de la razón continúa generando monstruos y nada hemos aprendido este último medio siglo de aquel aguafuerte que nos enseñó el miedo que aliña la confrontación fraternal. Los fantasmas vuelven a pavonearse ante nosotros por la incapacidad que tenemos de ponernos de acuerdo en algo.

Director del Periódico Mediterráneo