El artista norteamericano Spencer Tunick batió ayer en Barcelona su propio récord de convocatoria a una fotografía artística realizada con personas de toda edad y condición desnudas. Unas 7.000 personas --se esperaba 5.000-- tapizaron con sus cuerpos la avenida de María Cristina, superando la cita de Melbourne (Australia), la mayor hasta la fecha con 4.500 participantes.

Al final de la performance barcelonesa, Tunick agradeció su colaboración a los participantes. "En Nueva York fui arrestado por hacer esto. Aquí he encontrado una gran cooperación porque, al contrario que en Estados Unidos, enseñar el cuerpo no es un delito. Es maravilloso que en Barcelona se haya elevado mi trabajo de delito a obra de arte", dijo el fotógrafo.

La acción comenzó a las 6.05 horas y finalizó poco antes de las ocho de la mañana. Tunick hizo tres fotos, dos en el exterior y la tercera en el interior del Palau de la Metallúrgia de la Fira de Barcelona. Los participantes llegaron a partir de las cuatro de la mañana y se concentraron en el Palau, donde dejaron sus ropas y recibieron instrucciones. Tras una falsa salida a las 6.05, los voluntarios empezaron a ocupar el asfalto de la avenida de María Cristina a las 6.17 horas.

EL OPERATIVO

Spencer Tunick, subido a una grúa situada entre las torres venecianas de la plaza de España y bastante tenso y nervioso, se desgañitaba tratando de hacerse entender en castellano. Los nudistas se colocaron con los brazos en cruz para calcular el espacio de dos metros que necesitaban para tenderse en el suelo. "Que se quiten las gafas". "Miren al cielo". "El que lleva una gorra blanca, que se la quite", gritaba Segismond de Vajay, comisario del evento, encaramado a una escalera.

A las 6.40 horas Tunick disparó su cámara. A los pocos segundos rompió a llorar un bebé diminuto que descansaba sobre el pecho de su madre, en la primera fila. Disciplinados y cooperadores, los participantes aguardaron instrucciones mientras Tunick cambiaba de perspectiva para hacer la segunda foto desde la fuente mágica hacia la plaza de España. "Spencer en pelotas", coreaba la gente que desde fuera parecía pasárselo en grande y abucheaba a los periodistas que iban vestidos.

RÍO HUMANO EN POSICIÓN FETAL

Desde la terraza del Palacio de Congresos, el río de gente, en posición fetal, era espectacular, con todas las tonalidades del color de la piel, desde el blanco papel hasta el negro carbón. Entre el numeroso público se advertía un muchacho en silla de ruedas. Cuando terminó la segunda pose, los participantes aplaudieron fuertemente a Tunick. A pesar del relente, algunos se remojaron en las fuentes de los laterales de la avenida.

Aunque no estaba previsto, Tunick hizo una tercera foto con menos participantes en la nave del Palau de la Metallúrgia. Hizo que la gente se agrupara por parejas y se abrazara mirándose a los ojos.

Spencer Tunick reveló que su proyecto Desnudos a la deriva, que desde 1992 documenta el cuerpo desnudos en espacios públicos de los cuatro continentes y le ha dado celebridad, no tiene continuidad por el momento. Bastante exhausto, declaró: "La instalación de Barcelona ha sido un éxito visual y muy entretenida, con un río de cuerpos enfocados entre las dos torres que son la materia abstracta que me interesa".

Tunick combina en su trabajo la escultura, la performance y el land art, y detesta que le califiquen como fotógrafo y no como artista.