El tiburón gris hembra apresado en la playa del Miracle de Tarragona el pasado 20 de agosto ha fallecido, según puede extraerse de las primeras pruebas que se le han practicado, de una ulceración aguda provocada por la ingestión de un anzuelo de siete centímetros que se le había clavado en la zona final del esófago.

En el estómago del escualo se ha encontrado, además, otro anzuelo de menor longitud, dos centímetros, aunque los técnicos del Acuario de Barcelona, centro al que había sido traslado el escualo después de ser apresado, no lo señalan como el causante de la muerte, sino como un elemento que ha provocado lesiones adicionales al animal.

En rueda de prensa, los responsables del Acuario de Barcelona han explicado que los resultados de la necropsia --el equivalente a una autopsia en humanos-- indican que los anzuelos le habían causado una gastroenteritis, con ulceraciones de la mucosa gástrica e intestinal.

Los expertos han señalado también que en este primer análisis macroscópico otros órganos como el corazón, el bazo, los riñones y el hígado no mostraban alteraciones, aunque se han tomado las muestras.