Después de que el mes pasado quedase en nada su pretensión de llevar el silo nuclear al municipio valenciano de Zarra, Miguel Sebastián llamó tanto al presidente catalán, José Montilla, como a Artur Mas, líder de CiU y principal contrincante del primero en las elecciones catalanas del 28 de noviembre.

El titular de Industria quería llevar el almacén temporal centralizado (ATC) a Ascó (Tarragona), así que sondeó a uno y a otro en este sentido. La pregunta era: ¿Cambiarían su beligerancia contra el cementerio tras las elecciones catalanas? El ministro pretendía aparcar la decisión hasta más allá del 28 de noviembre y desentrañar el enredo que ha traído consigo la búsqueda de un lugar para la instalación. Sin embargo, según fuentes parlamentarias y del Ejecutivo, las respuestas del presidente catalán y del líder nacionalista hicieron imposible que la apuesta de Sebastián prosperara, volviendo a colocar a Zarra en el papel de favorita para acoger la ATC.

COMUNITAT Descartado Ascó, el Gobierno intentaba desbloquear con el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, la elección de Zarra. Fuentes del Ejecutivo informaron a Efe de que, con ese fin, durante la jornada de ayer hubo algún contacto entre los gobiernos central y autonómico. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no quiere dar el paso definitivo de elegir la localidad de Zarra --la opción que obtuvo la mejor calificación en el informe técnico que analizó el Consejo de Ministros el 17 de septiembre-- hasta que no se asegure la colaboración del Consell, que hasta ahora se ha opuesto a la instalación del silo.

Las fuentes citadas señalaron que no hay que precipitarse a la hora de adoptar una decisión de estas características, pero que tampoco sería conveniente que se demorara en demasía.

Según fuentes del Gobierno, Sebastián, de hecho, quería trasladar la decisión al Consejo de Ministros que se celebra hoy, y contaba para ello con el apoyo de algún ministro relevante. Hay prisa por cerrar el asunto.

A partir del próximo mes de enero habrá que pagar a Francia nada menos que 60.000 euros diarios de fianza por la basura nuclear, porque se ha superado el plazo establecido por contrato. Pero la decisión no ha madurado lo suficiente. Al fin y al cabo, será el jefe del Ejecutivo quien tenga que dictaminar el emplazamiento, y José Luis Rodríguez Zapatero no presidirá a este Consejo de Ministros al encontrarse en Bruselas para participar en el Consejo Europeo.

En cualquier caso, la localidad valenciana tiene ahora otro factor a su favor para acoger el silo: tras la profunda remodelación de la pasada semana, María Teresa Fernández de la Vega ya no forma parte del Gobierno. La exvicepresidenta primera, cabeza de lista por la provincia de Valencia en las pasadas generales, había sido el principal freno dentro del Ejecutivo cuando el pasado 17 de septiembre, durante un tumultuoso Consejo de Ministros, Sebastián trató sin éxito de llevar la ATC a Zarra.

Hay dentro del Gobierno, sin embargo, quienes piensan que su emplazamiento allí, con el Gobierno de Camps en contra, podría hacer que la oposición al almacén tuviese repercusión en toda España, algo que no ocurriría si acabase en Ascó que parece haber quedado descartada con el no de Montilla y Mas.