Quienes conocen a Michelle Obama dicen que es una mujer sensata y nada caprichosa, y así lo revela su imagen. Aunque el estilo de la primera dama estadounidense es comentado a diario, ya sea para criticarlo o para venerarlo, ella ha sabido imponer un look sencillo y elegante que ha creado tendencia.

Para la esposa del presidente Barack Obama hubiera sido facilísimo tirar de Oscar de la Renta y de Carolina Herrera, como las señoronas del Upper East Side de Nueva York, o de Yves Saint Laurent y Dior, como las esnobs que se mueren por el estilo europeo. Sin embargo, ella prefiere apostar por jóvenes valores de la moda y tan pronto luce un vestido de Alexander McQueen valorado en miles de euros como un traje del vanguardista Jason Wu.

MODELO DE 30 EUROS Un buen ejemplo del llamado efecto Michelle Obama, como lo define el Daily Mail, se produjo hace escasos días. El pasado día 2 de febrero acudió con un vestido azul de lunares blancos de H&M al programa de la televisión Today. El día 9 repitió modelito, de apenas 30 euros, en una entrevista en el espacio matutino Live with Regis & Kelly. Las ventas del económico diseño de los almacenes suecos se dispararon.

DISEÑO AMERICANO Los críticos acusan a la primera dama de ningunear a los creadores estadounidenses al elegir firmas extranjeras, a lo que ella responde: "Me gusta patrocinar a los diseñadores americanos y la gran mayoría de la ropa que llevo lo es. Pero hay otros modistos que tienen cosas bonitas. No soy diferente a ninguna otra mujer, excepto por el hecho de que la gente se fija en lo que llevo".

Idéntica opinión deben de tener otras celebridades. Sin ir más lejos, la princesa Letizia también luce prendas de bajo coste y repite vestuario siempre que tiene ocasión, en un intento de demostrar que la austeridad ha llegado a palacio. Vestir como la realeza ya no es imposible, pues la esposa del príncipe Felipe alterna diseños de Zara y Mango con propuestas de modistos españoles, sobre todo, de Felipe Varela y Lorenzo Caprile.

Otra futura reina que tampoco gasta una millonada en llenar su fondo de armario es la prometida del príncipe Guillermo de Inglaterra, Kate Middleton. De hecho, el día de su 25° cumpleaños se atrevió con un sencillo y económico vestido de la firma británica Topshop, que se agotó a las pocas horas.

Seguro que Isabel II está encantada con la chica, pues con el fin de preservar la imagen de la monarquía, ella misma ha invitado a su familia a mostrar cierta contención durante la crisis. Para dar ejemplo, y aunque las reglas de etiqueta exigen que no lleve dos veces el mismo traje en actos públicos, ella misma ha repetido conjuntos en varias ocasiones. Su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, también apuesta por la austeridad y sigue usando pantalones comprados hace 30 años. Pero está claro que tanta contención está haciendo mella: dos de los proveedores favoritos de la casa real británica, la tradicional firma Hardy Amies y la fábrica de porcelana Royal Worcester and Spode, se han declarado en quiebra.