Un total de 115 fotografías del estadounidense David Douglas Duncan y 77 obras de Pablo Picasso dan testimonio, en una nueva exposición temporal del Museo Picasso de Málaga, que se inaugura hoy, de la estrecha relación entre ambos, que contribuyó a forjar el mito del artista malagueño. A sus 95 años, pertrechado con una cámara digital compacta que no ha dudado en utilizar durante la rueda de prensa, Duncan ha rememorado sus casi veinte años de trabajo junto a Picasso, en los que tomó casi 15.000 fotografías. "Nací en Kansas City. De pequeño me gustaba coger serpientes, y allí teníamos un museo con arte chino, que no tenía nada que ver con Picasso. Eso fue mi fuerte, que cuando le conocí no tenía ni idea sobre él, pero nos gustamos", ha explicado este exmarine. Christine Ruiz-Picasso, nuera del artista, cree que las fotos "emanan felicidad y alegría de vida" y "hablan mucho más que cualquier anécdota que se pueda contar". "Picasso decía, hablando de Duncan, que era fantástico como fotógrafo, porque era tan delicado y discreto que cuando trabajaba se olvidaba de él. Al no estorbarle en sus movimientos en su taller, Picasso le dejó tomar unas fotografías que nunca habría permitido a cualquier otro fotógrafo", ha añadido Christine. Picasso y Duncan se conocieron el 8 de febrero de 1956, cuando el fotógrafo viajaba desde Afganistán hacia Marruecos para su próximo trabajo para la revista "Life" y quiso parar en Cannes para intentar conocer al artista, ha explicado Stéphanie Ansari, una de las comisarias de la exposición. El también fotógrafo Robert Capa había prometido a su amigo Duncan que le presentaría a Picasso, pero la muerte de Capa animó a Duncan a intentarlo por sí mismo, y se presentó en la casa del artista con un anillo de oro que tenía grabado su propio nombre y el de Picasso. Esto conmovió al pintor, que estaba en ese momento en la bañera y que pidió a Duncan que fuera a coger su cámara "para fotografiarle donde nadie lo había hecho", lo que dio como resultado una imagen que se puede contemplar en la exposición de Málaga. Aunque no hablaban el mismo idioma, Picasso recibió a Duncan "como alguien de la familia" y ambos tuvieron "un vínculo muy fuerte", según Ansari, que cree que la relación entre los dos "tuvo un papel fundamental en la construcción del mito de Picasso". La otra comisaria de la muestra, Tatyana Franck, considera que el artista malagueño veía en Duncan "más que un fotógrafo", admiraba de él "su fortaleza y su valor" y le impresionaban "todos los viajes que había hecho", por lo que, siempre que emprendía una nueva aventura, "le animaba a volver, porque ésa era su casa". La exposición, que ha sido presentada por el consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata, permanecerá instalada en el Museo Picasso de Málaga hasta el próximo 25 de septiembre, y después viajará al Kunstmuseum Pablo Picasso de Münster (Alemania) y a La Piscine, Musée d'Art et d'Industrie André Diligent, de Roubaix (Francia).