El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, cree que las personas que secundan el movimiento de los indignados y los jóvenes que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid del 18 al 21 de agosto, comparten “problemas y preguntas”.

“Los intereses de los jóvenes del movimiento 15-M son muy comunes a toda Europa y a todo el mundo”, explicó ayer Rouco en RNE. “Puede ser que haya un grupo de jóvenes que quieran hacer un debate más allá de lo previsto, de la línea argumental de la jornada, pero nosotros acogemos a todos”, añadió.

El arzobispo de Madrid sostuvo que los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud, a la que asistirá el papa Benedicto XVI, “van a dar a la ciudad un tono de alegría y de fiesta y seguro que están dispuestos a hablar con todo el mundo, a entablar diálogos e incluso a convencer a alguno de sus compañeros de que probablemente el camino que han seguido sea bueno para resolver los problemas de los jóvenes del 2011”.

“El momento es crítico, no solo para España, sino para Europa y, de alguna manera, para la gran familia humana”, opinó Rouco, quien explicó que “la Iglesia católica no tiene soluciones técnicas ni políticas” para los problemas del día a día. Aun así, plantea la necesidad de “una revisión y una constante renovación del orden social, político y económico”, puntualizó.

Rouco explicó que la Jornada de la Juventud costará entre 50 y 60 millones de euros, de los que está previsto que dos tercios los cubran los participantes –ya hay 400.000 inscritos– y el resto, donaciones de particulares y empresas. H