La ranita de Darwin ('Rhinoderma darwinii') está a punto de extinguirse. Esta especie de anfibio, descubierta en Chiloé por Charles Darwin durante su viaje alrededor del mundo en 1834, es un raro animal endémico de los bosques templados de Chile y Argentina, aunque en este último país su presencia está restringidas a zonas limítrofes con Chile. Sin embargo, el reemplazo del bosque nativo por plantaciones de pinos y eucaliptus para la producción de papel y madera está provocando que el sapito esté a punto de desaparecer, según ha explicado el acadmémido Claudio Soto-Azat, de la Universidad Andrés Bello.

La particularidad de esta curiosa especie, considerada "vulnerable" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, es que se trata del único anfibio en el mundo en que el macho se preña. Si bien la fecundación se hace de forma externa, luego la hembra se va y el macho cuida a los huevos.

Alrededor de las dos semanas, cuando los embriones crecen y comienzan a moverse, el macho se come los huevos, y las larvas empiezan su desarrollo en un saco bucal o vocal, que es una divergencia de la boca.

Los renacuajos viven por un periodo de seis a ocho semanas, durante el cual el macho segrega una sustancia especial que nutre a las larvas y después de ese periodo ocurre la metamorfosis y las ranitas comienzan su vida libre. No se sabe cómo, pero el macho sabe cuándo es el momento y regurgita las larvas.