El cantante Francisco, que se sentó ayer en el banquillo acusado de estafa, declaró que no tuvo intención de engañar al empresario inmobiliario Andrés Ballester en la compra de un Maseratti valorado en 80.000 euros, ya que aseguró que la crisis en ese sector le impidió cumplir con el compromiso acordado, consistente en abonar el vehículo con cargo a las comisiones que iba a percibir por mediar en la venta de viviendas del constructor.

Francisco defendió su inocencia ante el juez y apuntó que “la crisis inmobiliaria” le impidió cumplir con este compromiso de pago acordado de forma verbal “entre caballeros”, explicó en su declaración, para reconocer que “no lo necesitaba”, pero se lo quedó porque le gustan los deportivos, “como a todos los hombres”.

PETICIÓN DE CÁRCEL // Acompañado de su abogado, el artista entró a la Audiencia de Alicante sin detenerse ante los numerosos medios de comunicación que le esperaban. El fiscal mantuvo tras el juicio una petición de tres años y medio de cárcel para el cantante, que la acusación particular eleva a cinco, mientras que la defensa reclama la libre absolución.

En su relato de los hechos, Francisco recordó que tenía una relación comercial “cordial” con el empresario, e incluso colaboraba con él atrayendo posibles compradores a la promoción de viviendas que éste tenía, labor por la cual habían acordado “verbalmente” que recibiría una comisión de entre el 5 y el 10% del precio de las viviendas vendidas gracias a su mediación.

De acuerdo con su testimonio, las partes habían acordado cubrir los 80.000 euros del coche “únicamente” con cargo a las comisiones por la venta de viviendas, si bien el empresario y el director de finanzas de su grupo inmobiliario, en su declaración ante el juez, negaron este extremo y aseguraron que el documento reconocía la posibilidad de devengar estas comisiones, pero comprometía al artista a pagar en cualquier caso el coche en un plazo máximo de seis meses. H