Profesores, estudiantes y familias empiezan hoy una semana de movilizaciones y protestas contra las políticas y los recortes educativos del Gobierno central.

En diferentes puntos del país se han llevado a cabo movilizaciones en defensa de la calidad y la dotación de la educación pública. Se trataba de actos de calentamiento previos a las convocatorias de esta semana, cuyo plato fuerte será la huelga convocada por todos los agentes de la educación (docentes, estudiantes y algunas organizaciones de padres) para este jueves, 24 de octubre. El Sindicato de Estudiantes, por su parte, hace extensiva la convocatoria de paro al martes y el miércoles de esta misma semana.

Tanto las movilizaciones del fin de semana como los diversos actos de protesta convocados para hoy, mañana y pasado mañana pretenden animar al profesorado, a los estudiantes y a las familias a participar de forma masiva en la huelga del jueves. El paro del día 24 va dirigido directamente contra la ley orgánica de mejora de la calidad educativa (LOMCE o ley Wert), aprobada días atrás en el Congreso con el único apoyo de la mayoría absoluta del PP y contra los recortes perpetrados por el Gobierno central en su presupuesto de educación.

Los convocantes de la huelga y demás actos de protesta consideran que la LOMCE no solo recentraliza el currículo escolar, sino que también es una “ley privatizadora y segregadora” y afirman que da carta de naturaleza a las subvenciones públicas a colegios privados que segregan a los alumnos en función de su sexo.

La secretaria general del Sindicato de Estudiantes (SE), Ana García, asegura que “el PP está llevando a cabo una ofensiva brutal contra las condiciones de vida de la mayor parte de la sociedad y la educación pública es una de las más perjudicadas, además de la sanidad, las pensiones o las ayudas a la dependencia”.

Asimismo, añade que “la combinación entre la brutal subida de tasas y el nuevo decreto de becas, que penaliza y exige más a los que menos tienen, ha sido un ataque combinado que está teniendo terribles consecuencias y calculamos que cerca de 100.000 estudiantes verán vetado su acceso a la Universidad”.

García también denuncia que “estamos recibiendo presión por parte de algunas direcciones de centros de estudio para evitar que la huelga salga bien, como prohibirnos reunirmos o ponernos exámenes ese día”. H