Las tasas de contaminación por ozono se han superado nuevamente este año en España y es ya un problema sanitario de primer orden. Es la causa cada año de entre 1.500 y 1.800 muertes, según explica Ecologistas en Acción, que ayer presentó un informe sobre la cuestión durante el 2019. El análisis se basa en datos recogidos en las 480 estaciones de medición situadas entre el 1 de enero y el 30 de septiembre.

Los datos que corresponden al periodo de más riesgo, la primavera y el verano, son provisionales --ya que aún queda para que acabe al año--, pero muestran la necesidad de una línea de actuación. «La temperatura no es la principal causa sino un condicionante que agrava la situación, el problema principal es el transporte», afirmó Miguel Ceballos, coordinador del informe. Casi 40 millones de personas han respirado aire contaminado por ozono este verano, un 85% de la población total española.

Un asmático puede que acabe acudiendo solo a Urgencias pero alguien que sufre problemas cardiovasculares puede llegar a padecer un infarto por culpa de este tipo de contaminación. Los más afectados son los niños, las embarazadas y las personas con problemas cardiorespiratorios. El coste en salud pública asciende hasta los 5 millones de euros, comentó Ceballos. La Administración tiene que informar tanto cuando se mantienen los niveles estables, como cuando se superan y está obligada a contar con protocolos de actuación, añade el coordinador.