"Clima o muerte", esta ha sido una de las dicotomías que el ecologismo ha situado en su manifestación de este domingo contra la ampliación de El Prat. Vecinos de Barcelona y de sus muchas urbes colindantes se han congregado para rechazar no solo las obras concretas que Aena y el Gobierno han acabado paralizando debido a sus diferencias con la Generalitat, sino el modelo económico y productivo expansionista que ven ellas. "Estamos ante una emergencia climática", ha sido uno de los clamores de los exigentes recordatorios que los asistentes han lanzado a sus gobernantes. Miles de personas, unas 10.000 según la Guardia Urbana, se han concentrado entre la plaza Espanya y la Estació de Sants para clamar por un decrecimiento económico y para recordarles a las autoridades lo que varios informes de la ONU han repetido recientemente: la crisis climática avanza y el ser humano es el principal responsable.

Las entidades convocantes han planteado una jornada festiva, con familias, batucadas y 'bicicletadas' y donde gente de todas las edades se ha congregado para expresar su ‘no al aeropuerto’. “Ni un palmo más”, “la única solución es el decrecimiento”, “contra el coronavirus ambiental” o “salvemos La Ricarda”, han sido algunos de los lemas que han lucido pancartas, camisetas, chapas y banderas este domingo en Barcelona. 

Andrea, de 50 años y vecina de Rubí, considera que "la ampliación representa un modelo económico caduco. No tiene sentido, ni ahora, ni de aquí cinco años, ni en ningún lado. También estoy aquí para protestar contra la ampliación de los aeropuertos de Madrid y Palma", explica. Pues los convocantes han querido plantear la protesta en clave global, conscientes de que la crisis climática no va por barrios y que el aumento del tráfico aéreo en otras ciudades tendrá también un impacto en otros ecosistemas.

Las reivindicaciones han sido globales, pero el músculo asociativo que ha salido este domingo a la calle ha sido local. Los movimientos vecinales y múltiples plataformas sociales han hecho suya la convocatoria y han acudido en bloque y con sus propias pancartas a la protesta. Desde El Prat, la ‘zona 0’ de la de momento frustrada ampliación, ha salido una columna escoltada por momentos por tractores de agricultores locales. Rafael, de 70 años, ha venido hoy a la concentración con el peto naranja de la Marea de Pensionistas. El lunes estuvo en la concentración que cada semana organizan en plaza Universitat contra la reforma Escrivá y hoy está contra el aeropuerto. "Soy ecologista desde siempre. Cuando los políticos tienen que escoger entre la economía o el medio ambiente siempre acaban escogiendo la economía. He venido para que no se lo repiensen y volveré a salir, porque seguro que tendrán la tentación de repensárselo", afirma.