La extinción de los dos grandes fuegos que han asolado a Zamora en un plazo de apenas un mes ha costado en torno a 600 millones de euros, según las estimaciones trasladadas por la Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León. El presidente del colectivo, Esaú Escolar, señala que el desembolso medio por cada hectárea calcinada se sitúa en estos momentos en 10.000 euros, aproximadamente, por lo que el gasto derivado de apagar las llamas en las 60.000 hectáreas arrasadas en la provincia ronda los citados 600 millones. Se trata de una cantidad muy elevada, si se tiene en cuenta la partida de la Junta para estas tareas.

Un gasto para incendios diez veces inferior

En 2021, el último con presupuestos aprobados en la comunidad autónoma, el gasto estimado para la extinción de incendios forestales se situaba en 64,86 millones de euros, por lo que el coste de las labores llevadas a cabo en los dos fuegos de Zamora, que han calcinado unas 30.000 hectáreas de terreno cada uno, multiplican por diez esa cifra.

Escolar explica que se trata de cifras medias y aproximadas, en función de lo que cuesta la utilización de cierta maquinaria, la movilización de los medios aéreos o el propio transporte de los vehículos. Además, el representante del colectivo de agentes medioambientales matiza que aquí quedan excluidos los costes relacionados con los bienes materiales y personales de los afectados, que también suponen un gasto relevante.

“Esa es la media, sin irte por arriba ni por abajo”, aclara Escolar, que señala que, en circunstancias como las que se han dado esta semana en el incendio forestal de Losacio, una vez las llamas avanzan a esa velocidad “no las para nadie”. De ahí que, a su juicio, la Junta deba centrar parte de sus esfuerzos en una labor de prevención que facilite “romper la continuidad del combustible vegetal” y en ejecutar unas labores “a las que ahora no se está llegando”.

Prevención y profesionalización

Además, Escolar alude a la importancia de la formación y de la profesionalización de los efectivos, al tiempo de respuesta y a las mejoras en materia de comunicación y logística para evitar situaciones que, a veces, se convierten en “un caos absoluto”.

Las cifras dejan entrever la rentabilidad de mejorar esa gestión forestal para limitar la posibilidad de que se produzcan grandes incendios como los dos que han afectado a Zamora o como el que se produjo en 2021 en Ávila, fuegos que suponen dolorosas catástrofes medioambientales, económicas y también personales.

El estudio de las causas, una herramienta crucial para los profesionales

La Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León defiende que la Junta debe hacer un esfuerzo mayor por investigar las causas que provocan los incendios forestales en la comunidad autónoma. “Es una gran herramienta para nosotros”, señala el presidente del colectivo, Esaú Escolar, que subraya que la institución autonómica se limita ahora a mandarles “una fichita como la quiniela del fútbol”.

La idea de la asociación a la que representa Esaú Escolar es que la Junta debe ser más exhaustiva en estos casos para determinar si los fuegos se producen por el uso de las máquinas, los mantenimientos, un rayo, un accidente o algún tipo de negligencia. Su punto de vista se basa en que la propia ciudadanía tendría más cuidado a la hora de llevar a la práctica ciertas actividades si la institución autonómica llegará hasta el final en sus pesquisas.

Esta no es la única idea del colectivo para mejorar la situación. Los agentes medioambientales también dudan sobre la utilidad y la eficacia de los procesos de externalización de los servicios que acomete la Junta, acerca de su forma de gestionar la plantilla o en torno a la burocracia que, en ocasiones, “engulle” a los ciudadanos que pretenden limpiar las parcelas en su pueblo: “Hay que poner en marcha cuestiones que sirvan y mirar también la viabilidad económica”, concluye Esaú Escolar.

Dos desastres sin parangón para la provincia en un plazo de apenas un mes

El coste económico es solo una cuestión derivada más de los incendios que están poniendo en jaque a la provincia desde que comenzó el calor. Los fuegos de la Sierra de la Culebra y de Losacio se han llevado por delante prácticamente 60.000 hectáreas de terreno, lo que ronda el 5,6% de la superficie total de Zamora. Además, estos desastres naturales han tenido lugar en zonas ciertamente cercanas entre sí, hasta el punto de que ha habido pueblos, como Ferreras de Abajo, que se han visto muy afectados en ambos casos y cuyos habitantes han tenido que ser desalojados de sus viviendas tanto en junio como en julio.

Asimismo, ambos incendios han provocado una oleada de protestas e indignación en una provincia que entiende que, entre los motivos que han causado fuegos de un tamaño tan desproporcionado, se halla el abandono que padecen las propias comarcas rurales afectadas por las llamas. Con todo, una vez hecho el balance, y a la espera de la perimetración definitiva, todo apunta a que los incendios de la Sierra de la Culebra y de Losacio se consolidarán como los dos más graves de la historia de la provincia y de la comunidad autónoma, y entre los diez más importantes de la historia de un país que sigue sufriendo las consecuencias de las llamas.