Concha Velasco, una artista que también ‘conquistó’ Castellón

Eran las diez y treinta y cuatro de la mañana de este pasado sábado 2 de diciembre cuando recibía la triste noticia del fallecimiento de mi querida Concha Velasco. Era a través de un amigo periodista afincado en Madrid quien me hacía partícipe de la triste noticia. En este momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y mi primer sentimiento fue pensar: ‘Una vez más no he podido despedirme’.

Echaré de menos a Concha. Su naturalidad, su sinceridad admirable y por qué no decirlo, a veces, su genio. Aún recuerdo aquella primera vez con ella. Fue en el funeral madrileño por Manolo Escobar que celebré en la parroquia de Santa Bárbara. Ahí comencé esta bonita relación, que me permitió acompañarla en actuaciones por Madrid, Valencia y alguno de los pueblos de Castellón.

En una de las entrevistas que preparé con ella para el periódico Mediterráneo reconocía que de Castellón tenía recuerdos maravillosos, especialmente con el director de cine Berlanga y su mujer. Me habló del rodaje de la película París Tombuctú en Peñíscola. Y me contaba que añoraba «hacer teatro en Castellón ciudad», donde desde hacía años no la llamaban para actuar. Y se preguntaba «cuál sería el motivo. No lo entiendo».

Sin embargo, en su corazón guardaba tantas apariciones y tardes de gloria compartidas con otros actores en el Teatro Principal de Castellón (una de las últimas, para escenificar Inés desabrochada). Sus recientes paradas en nuestra tierra fueron para interpretar a Olivia y Eugenio, en el Auditorio de la Vall d’Uixó, en el año 2015; y Reina Juana (en junio de 2017).

Su voz se ha apagado dejando un legado inmenso en el mundo del cine, del teatro y de la televisión en toda España y en nuestra provincia de Castellón. Sin olvidar tampoco su paso por la Bodeguilla de esta casa en las fiestas de la Magdalena. Pero como dice una canción «las leyendas nunca mueren», y la chica yeyé no pasará nunca.

Fue una mujer creyente y practicante, con una Fe en Dios inquebrantable. Somos recordados por algunas razones pero, sobre todo, por lo mucho que amamos y por lo mucho que perdonamos. Y esa fue Concha Velasco. Una mujer que aun habiendo sufrido mucho fue capaz de amar mucho y de perdonar mucho más. Descanse en paz.