Salud

La apuesta por los antivirales hace que España esté a un paso de ser el primer país en eliminar la hepatitis C

La investigación y la inversión necesaria allanan el camino, de forma que el sistema sanitario podría cumplir entre este año y el que viene el objetivo de eliminación marcado por la OMS para 2030

La apuesta por los antivirales hace que España esté a un paso de ser el primer país en eliminar la hepatitis C.

La apuesta por los antivirales hace que España esté a un paso de ser el primer país en eliminar la hepatitis C. / EP

Patricia Martín

Mientras en Reino Unido una comisión ha destapado que más de 30.000 personas fueron contagiadas de VIH y hepatitis C en la década de los 70 y los 80 a través de transfusiones de sangre contaminada y que el Gobierno británico “encubrió” el escándalo, España está justo al otro lado de la balanza. El país está punto de convertirse en el primer estado desarrollado en eliminar este virus que se traspasa sobre todo a través de la sangre y es silente pero que, cuando da señales de existencia, puede provocar cirrosis y cáncer hepático.

La investigación, el consenso y la inversión necesaria han demostrado que en poco más de tres décadas se puede descubrir una enfermedad, lograr un tratamiento eficaz y pensar en su eliminación. El hito ha sido posible porque en 2015 se puso en marcha el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C, que prevé, entre otras medidas, que todos los infectados pueden recibir antivirales, los cuales, aunque son caros y tardaron 10 meses en ser incorporados al sistema público, salvan vidas.

En concreto, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, desde 2015 a junio de 2023 se han tratado en España a 164.502 personas con antivirales de acción directa, de los que un 95% se han curado. Esta cifra implica que España sea el país que más pacientes ha tratado por mil habitantes, lo que ha permitido situar la prevalencia de la infección en niveles bajos. En 2019 se situaba en un 0,15% de la población, mientras en la UE es del 0,5%.

Objetivos

Los objetivos de eliminación de la enfermedad marcados por la OMS para 2030 pasan por reducir en un 90% las nuevas infecciones; disminuir en un 65% de las muertes por cirrosis y cáncer de hígado; lograr una tasa de diagnóstico superior al 90%, y tratar a, al menos, el 80% de las personas.

“España está muy cerca de conseguirlo. La pandemia ralentizó un poco el avance, pero entre 2024 y 2025 se alcanzará el objetivo”, vaticina Javier García-Samaniego Rey, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) y jefe de sección de Hepatología del Hospital La Paz.

Para culminar este logro sin precedentes –porque sería la primera vez que en apenas tres décadas se elimina una enfermedad infecciosa para la que no existe vacuna– todavía falta un último esfuerzo. “Los retos pendientes son encontrar a las personas aún sin diagnosticar, que son entre 20.000 y 25.000 casos, y personas diagnosticadas pero que no han iniciado el tratamiento, en torno a 50.000”, según explica Carlos Galera, presidente del grupo de estudio de la hepatitis vírica de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas SEIMC.

Cribados

Para lograr ambos objetivos, varias sociedades científicas y de pacientes reclaman que se extiendan los cribados que Galicia, Cantabria y Andalucía ya han implantado en personas de entre 40 y 70 años que se acerquen al sistema sanitario por cualquier causa, para que se les haga una prueba de detección. Para detectar casos entre los colectivos más vulnerables y alejados de los circuitos asistenciales, como personas sin hogar o que se mueven en ambientes relacionados con la prostitución o las drogas, también se deben continuar las acciones de búsqueda activa.

“España está muy bien situada para conseguir microeliminar la hepatitis C, nos quedan algunas estrategias y en ello estamos”, concluye el doctor Galera.