Fuentes de la compañía Repsol Butano explicaron ayer, tras la tragedia ocurrida en la Todolella donde 18 personas fallecieron por monóxido de carbono proveniente de alguna estufa con al que calentaban, que los usuarios son los responsables de la seguridad y el control del estado en el que se encuentran aparatos de gas como las estufas, "ya que al ser móviles no están obligadas a pasar por una revisión". Las mismas fuentes insistieron en que "no se debería dormir con estufas en funcionamiento, ya que la llama se puede apagar".

Si la estufa estaba en mal estado, añadieron, "puede haber una mala combustión y entonces se genera monóxido de carbono, gas que no se puede detectar porque no huele y provoca sopor y mareo, sensaciones que la gente relaciona con una gripe o una borrachera". En el caso del monóxido de carbono "al haber una mala combustión, roba oxigeno a la habitación, se produce el monóxido y la persona se asfixian".