La Policía de Liverpool insinuó ayer que el niño británico Rhys Jones, de 11 años asesinado el pasado miércoles por un adolescente encapuchado cuando regresaba a casa tras jugar al fútbol con unos amigos pudo haber sido víctima de una guerra entre bandas criminales. El comisario jefe adjunto de la policía del condado de Merseyside, del que depende Liverpool, explicó que actualmente hay dos bandas enfrentadas en el este de la ciudad cuyos miembros tienen edades que oscilan entre los 16 y los 50 años.

Los padres de Rhys Jones hicieron ayer un dramático llamamiento al homicida para que este se entregue.