Como ha podido saber Mediterráneo, paradójicamente, la presión desatada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el interior de la provincia ha hecho que la delincuencia se desplace "a la capital y a la costa, donde pueden pasar más desapercibidos y conectar como vía de escape y con mayor rapidez con las provincias limítrofes de Valencia y Tarragona, donde pueden ocultar sus botines". Prueba de ello son las últimas operaciones realizadas por las autoridades policiales en provincias cercanas desarticulando bandas dedicadas a la falsificación y al robo, y que han hallando objetos de gran valor sido sustraídos meses atrás en una serie de viviendas, chalets y villas de Castellón.