Tres individuos españoles, uno de ellos menor de edad, fueron detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía de Castellón como presuntos autores de un delito de robo con intimidación.

Los arrestados hicieron un pedido a un establecimiento de pizzas a domicilio, indicando que llevasen dicho encargo a un piso que, aunque existe, no es la vivienda de ninguno de ellos, según fuentes policiales. Cuando la repartidora llamó al timbre, los habitantes de la casa le contestaron que no encargaron nada y, al regresar hacia el ciclomotor de reparto, fue rodeada por los ahora detenidos, quienes la amenazaron, burlándose de ella por ser sordomuda, y quedándose las pizzas y las fundas térmicas en las que iban protegidas, como relató la policía.

La repartidora, al llegar al establecimiento, se lo contó todo al propietario y este se dirigió al lugar, donde halló a los cuatro individuos comiendo pizza.

El propietario de la pizzería, tras recriminarles su acción, llamó a la policía y los cuatro jóvenes abandonaron precipitadamente el lugar, dejando las dos pizzas a medio comer y las fundas de estas, y en el interior de una un teléfono móvil. Los jóvenes, al percatarse del descuido, regresaron y amenazaron al dueño con agredirle si no les devolvía el celular. En ese instante llegó la policía, que tras una persecución logró detenerles.