Un turista se inventa en Mallorca un aviso de bomba en un avión
El cambio de hotel que solicitó resulta clave para identificar al arrestado, sueco. El detenido alerta en internet de que hay un artefacto explosivo dentro de la aeronave
Una supuesta amenaza de bomba en un avión que cubría el vuelo Palma-Estocolmo el pasado viernes movilizó a la Guardia Civil a contrarreloj. La investigación culminó con la detención de un turista sueco, que se alojaba en un hotel de Alcúdia (Mallorca) y que un día antes pidió a su turoperador el cambio de hotel.
Los hechos se iniciaron la mañana del jueves. Un misterioso anuncio en internet alertaba de la colocación de un supuesto artefacto explosivo en un avión que despegaba la noche del viernes y entre cuyo pasaje se supo que iba a formar parte el detenido.
La huella digital que dejó el autor del mensaje fue el punto de partida para los investigadores de la Benemérita, lo que les permitió concretar el lugar desde donde había sido emitido.
TRADUCTOR DE GOOGLE // Trabajando codo con codo con expertos informáticos de la compañía aérea afectada, los agentes lograron averiguar la ubicación del ordenador desde donde se había escrito el anuncio. El texto había sido escrito en inglés con la ayuda del traductor de Google.
Su procedencia venía de un terminal de uso exclusivo de los clientes de un hotel de Alcúdia. Allí se alojaba el sospechoso que redactó la amenaza, que ponía las alarmas sobre el vuelo Palma-Estocolmo que debía despegar del aeropuerto balear.
Según informó ayer la Guardia Civil, la solicitud --desestimada--que había hecho el turista al turoperador pidiendo un cambio de hotel fue determinante para esclarecer su identidad.
Más en Sucesos y más
-
Caso Daniel Sancho, en directo: última hora del juicio por el asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia
-
¿Cómo conseguía 'Trascendencia Total' recaudar dinero de sus seguidores? Casas Cueva, un hospital para personas sin recursos...
-
40 testigos declararán en el juicio por el caso de facturas falsas de la Subdelegación del Gobierno
-
La fiscalía admite en el final del juicio a Sancho que no ha probado la premeditación