Rodrigo Lanza, el joven que mató en un bar de Zaragoza a un hombre que llevaba unos tirantes con la bandera de España --que ya había sido sentenciado por dejar tetrapléjico a un guardia urbano de Barcelona-- ha sido condenado ahora a cinco años. Esta pena es muy inferior a los 25 años que pidieron las acusaciones en el juicio, por lo que el condenado, que lleva casi dos años en la cárcel por esta última causa, podría quedar en libertad, al cumplir la mitad de su condena, en junio del 2020.

La gran diferencia entre la pena solicitada y la impuesta, que es recurrible, se debe a que el jurado consideró que la muerte violenta no constituye un delito de asesinato, sino un delito de lesiones intencionadas en concurso ideal con otro de homicidio imprudente, con la atenuante de arrebato y la agravante de realizar una agresión por razones ideológicas, dado que la víctima, Victorino Laínez, tenía ideas de extrema derecha.