Un joven de 18 años salvó su vida de milagro al caer desde ocho metros de altura de una villa en la urbanización Playetes de Bellver de Orpesa el domingo, cerca de medianoche. La víctima se precipitó por accidente por un agujero muy próximo a la piscina del chalet, situada a gran altura sobre una estructura. Al parecer, el herido se encontraba con un grupo de amigos, todos procedentes de Alicante, celebrando una fiesta de fin de curso de Bachillerato en esta vivienda que habían alquilado.

Hasta el lugar se trasladaron efectivos de la Policía Local, la Guardia Civil, que investiga las causas del suceso; y una SAMU. Los sanitarios lo atendieron y le facilitaron una manta isotérmica para que entrara en calor. 

Dos efectivos del SAMU en el lugar del suceso. MEDITERRÁNEO

Pero fue necesaria la intervención de los bomberos del Consorcio Provincial para poder evacuarlo del lugar, ya que estaba en una zona de complicado acceso, entre la carretera y la parte inferior de la piscina de la villa.

A la llegada de los bomberos, estos subieron al lugar mediante una escalera y, tras inmovilizarlo, lo bajaron con una camilla especial. Después, fue atendido por los sanitarios y trasladado en ambulancia hasta el Hospital General de Castellón, donde recibió un reconocimiento más exhaustivo. 

Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), el herido presentaba un «politraumatismo». El joven estaba consciente y tenía heridas como una brecha en la cabeza y dolor en algunas extremidades del cuerpo, debido a la fuerte caída. La inclinación del hueco por el que se desplomó, que no estaba en vertical completamente, ayudó a que no sufriera daños más graves.

Imagen de la estructura a través de la que cayó el adolescente. MEDITERRÁNEO

Piquetas de hierro

No obstante, el muro de hormigón presenta numerosas piquetas de hierro que sobresalen y que podrían haber hecho que la situación acabara de forma trágica para el joven.

En el Hospital General fue atendido en el servicio de Urgencias y recibió el alta de madrugada, según indicaron ayer fuentes de este mismo centro.

El suceso alertó a los vecinos de la misma calle de la urbanización, ya que escucharon como un «petardazo», que podría corresponder a la rotura de la tubería de la piscina. Y es que, al parecer, el joven se intentó agarrar a esta para no caer y se rompió. Lo que desencadenó una gran riada de agua que iba cayendo desde lo alto por las paredes hasta la misma calle.

La casa suele alquilarse habitualmente a grupos de amigos jóvenes, lo que levanta las quejas de numerosos vecinos por el ruido debido a las fiestas hasta altas horas de madrugada.