Pretendía acabar con la vida de su expareja un mes después de que ésta pusiera punto y final a su relación de más de veinte años y para ello provocó un incendio de grandes dimensiones prendiendo fuego a una serie de enseres que había en el rellano de la puerta del domicilio de la calle Malva-rosa de Valencia, creyendo que allí seguía viviendo su exmujer. Como consecuencia de este pavoroso incendio una madre y sus tres hijos menores de edad, que se encontraban en la planta superior ajenos por completo a las intenciones de este desconocido, resultaron gravemente intoxicados por el monóxido de carbono. La desgracia se consumó cuando uno de los pequeños, de apenas tres años, murió finalmente asfixiado por el humo.

La Fiscalía aprecia que estos graves hechos son constitutivos de un delito de incendio con peligro para la vida e integridad de las personas en concurso con un delito de asesinato a víctima especialmente vulnerable por su edad y tres delitos de lesiones —por la intoxicación de la madre y los dos hermanos del fallecido, de siete y nueve años—.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de diciembre cuando Rafael A. B., de 47 años, se desplazó desde Murcia a Valencia para exigirle a su expareja y madre de su hijo que regresara con él. La mujer, que no quería tener ningún tipo de contacto con su presunto maltratador estuvo viviendo un mes con su familia en un piso de la calle Malva-rosa, pero se marcharon de allí para que éste no pudiera molestarla. Un día antes de lo ocurrido había abandonado el domicilio y, mientras hacían la mudanza, sus familiares dejaron en el pasillo de la cuarta planta del edificio una serie de enseres para llevárselos en otro momento. El acusado, en prisión provisional desde que fue detenido por la Policía Nacional diez días después de provocar el incendio, al ver que no le abría la puerta y, pensando que su pareja seguía viviendo allí, "decidió acabar con su vida", según mantiene el Ministerio Fiscal.

Así, "sabiendo y aceptando que podía causar la muerte o lesiones graves a los moradores del edificio", y que muchos de ellos eran menores de edad, Rafael A. prendió fuego al sofá que había en el rellano a todos los enseres situados junto a la entrada del domicilio donde creía que estaba su expareja: una cocina, una nevera, una cajonera, una mesita, un armario, una lámpara, una lavadora y un horno, entre otros efectos. Las llamas se extendieron rápidamente y el denso humo se apoderó de toda la escalera subiendo a la planta superior del edificio, donde estaban una madre con su tres hijos de tres, siete y nueve años. Atrapados por el fuego y el humo, no pudieron escapar hasta que fueron rescatados por los bomberos.

Los tres menores fueron evacuados al Hospital La Fe de Valencia, pero nada más llegar al centro hospitalario los sanitarios confirmaron el fallecimiento del pequeño Joel, de solo tres años. Su madre y sus dos hermanos lograron sobrevivir pero sufrieron graves lesiones que todavía están pendientes de una valoración médico legal en el IML de Valencia.

Pruebas forenses pendientes

Un jurado popular será el encargado de dictaminar la responsabilidad penal del detenido como presunto autor del incendio, si como así acreditan las investigaciones del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia fue él quien provocó de forma intencionada el fuego y si tal como sostiene la Fiscalía, actuó a sabiendas de que podía causar la muerte o lesiones graves no solo a su expareja —al pensar que estaba dentro de la casa— sino también al resto de moradores del edificio. Entre las diligencias que todavía quedan pendientes están los informes médico forenses sobre la imputabilidad del acusado, sobre si padecía algún tipo de anomalía o alteración psíquica en el momento de los hechos, y si por tanto era consciente o no de sus actos. Asimismo, también se tienen que valorar pericialmente los daños ocasionados en el edificio. La Fiscalía ha solicitado que se le imponga una fianza de 400.000 euros para garantizar el pago de las posibles responsabilidades civiles.