Un corredor de seguros de Castellón y otros tres hombres se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Castellón para enfrentarse atres presuntos delitos de estafa. Y es que, según sostiene la Fiscalía, se organizaron para fingir siniestros con camiones y pretender cobrar de manera indebida las indemnizaciones económicas a la aseguradora. La acusación pública pide para los encausados penas de prisión que oscilan entre los 11 meses y los seis años de prisión.

El juicio comenzó ayer puntual en la Sección Segunda de la Audiencia y el primero en declarar fue el responsable de la correduría, quien negó categóricamente los delitos que se le imputan, señalando a su exmujer como posible cerebro de una campaña de desprestigio contra él.

«Yo tengo unos 1.200 clientes y 5.000 pólizas. Somos entre los segundos y terceros corredores más importantes de la provincia y nunca he intervenido ni ideado la invención de un siniestro, como se está diciendo», sostuvo el hombre, que solo declaró a las preguntas de su abogada defensora.

El acusado incidió en su declaración en que había tenido un divorcio en el que había en juego un patrimonio de «seis millones de euros» y afirmó que tiene mala relación con otro de los procesados --un empresario del sector del transporte--, quien le querría perjudicar en favor de su exmujer. «Mi exmujer se va a beneficiar de todo esto, por supuesto. Ha llegado a decirme que quería verme muerto y enterrado», aseveró.

El procesado con el que dijo tener una enemistad declaró en segundo lugar. Acusó abiertamente al corredor de seguros de la supuesta estafa: «lo ideó él y lo hizo porque había gestionado mal otros accidentes reales y yo no llegué a cobrar». El empresario del mundo del camión reconoció que «si hubiera llegado a saber esto, nunca lo hubiera hecho, ni por 3.000 euros ni por dos millones, porque soy una persona honrada», sostuvo el acusado.

Las versiones siguieron siendo diferentes con la declaración del tercer investigado, quien dijo haber sufrido el siniestro de forma verídica. El fiscal se mostró extrañado de que, pese a ser administrador y no chófer, ese día condujera él el vehículo.