20 años de un asesinato machista en Alcalà
Amparo Ebrí recibió cuatro puñaladas de su pareja, Eleuterio Bellver, en Alcalà de Xivert en el 2003, un año antes de que naciera la Ley contra la Violencia de Género
Cuando en el año 2003, hace ahora dos décadas, Eleuterio Bellver mató a puñaladas a su novia, Amparo Ebrí, en Alcalà de Xivert este tipo de crímenes todavía se llamaban de violencia doméstica. No fue hasta un año después cuando nació la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Tal y como contó en su día Mediterráneo y recogió la sentencia de la Audiencia Provincial, el 24 de julio del 2003, la víctima, de 36 años, se encontraba «totalmente desprevenida» en el comedor de la casa, hablando por teléfono para comunicar a su trabajo que no acudiría porque el acusado manifestaba que no se encontraba bien y le iba a acompañar al médico. El asesino, tras proveerse de un cuchillo de cocina «de forma sorpresiva, le asestó una primera puñalada» a su pareja, con la que convivía desde hacía cuatro años.
Condenan a Bellver a 15 años por el asesinato de su pareja
El ataque provocó que la mujer, al tiempo que se quejaba por el dolor, se girara, «lo que aprovechó el acusado para asestarle hasta tres puñaladas más», una de las cuales le provocó «una hemorragia masiva que desembocó en un shock hipovolémico y que le causó de forma inmediata la muerte». A continuación, según recogió en su día la sentencia, el acusado llamó al centro de salud para solicitar auxilio, personándose en el domicilio la médico de guardia, junto a una ATS. Los sanitarios confirmaron que la mujer había fallecido y Bellver les manifestó «que habían discutido y no sabía lo que había hecho».
Entonces, la ATS llamó a la Guardia Civil, cuyos agentes se personaron de inmediato en el domicilio y encontraron al acusado que repetía: «No sé lo que he hecho, he sido yo, he sido yo».
Tal y como publicó este diario, la víctima trabajaba en un supermercado de Alcossebre como encargada. Esta faceta profesional no le gustaba a su novio y es que ambos tenían afición por el esoterismo y él quería que los dos llevaran otro estilo de vida.
Quienes los conocían la describían a ella como una mujer tímida y a él, como tipo normal, «con algo de cabezonería, pero nada agresivo».
El tribunal que juzgó al asesino machista dos años después del crimen también consideró probado que Bellver era «una persona afecta a un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad» y que sufría «un agotamiento físico y emocional como consecuencia de las dificultades que arrastraba para conciliar el sueño y de la problemática con su compañera», a la que reprochaba que trabajaba mucho.
La sentencia
El tribunal del jurado, de conformidad con el veredicto del jurado popular, condenó a Bellver, a la pena de 15 años de prisión como autor de un delito de asesinato. El tribunal estimó que concurría en el caso la agravante de parentesco y las atenuantes analógica a la de anomalía psíquica y la de confesión.
Además de la pena de prisión, la sentencia le prohibió al condenado acudir a Alcalà de Xivert durante los primeros cinco años tras cumplir su condena.
En concepto de indemnización, la Justicia estableció que el autor debía indemnizar a los padres en 100.000 euros a cada uno y al hermano, en 50.000.
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