Las tormentas solares extremas no ocurrirían únicamente en los ciclos de mayor actividad del Sol, sino que también podrían ocurrir durante el denominado Mínimo solar, un estadio en el cual el astro rey reduce su actividad. Así lo confirman las características de una tormenta solar ocurrida hace 9200 años, recientemente descubiertas al analizar el hielo antiguo de regiones polares.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, descubrió evidencias de una tormenta solar extrema que ocurrió hace unos 9.200 años, a través del análisis de núcleos de hielo de Groenlandia y la Antártida. Lo que desconcierta a los científicos es que la tormenta tuvo lugar durante una de las fases más tranquilas del Sol, en las cuales supuestamente la Tierra no está expuesta a estos eventos. 

De acuerdo a una nota de prensa, el hallazgo podría demostrar que predecir este tipo de tormentas solares extremas es más complejo de lo que se piensa actualmente, y que las más intensas podrían incluso ocurrir súbitamente en los períodos de menor actividad solar. El nuevo estudio ha sido publicado recientemente en la revista Nature Communications.

Vida y destrucción

La energía del Sol es un requisito básico para el desarrollo de la vida en la Tierra, por lo tanto todos los organismos vivos dependen, en mayor o menor medida, de la luz que emite. Sin embargo, el Sol también puede ser enormemente destructivo: en determinados momentos, la fuerza de sus emanaciones puede generar tormentas geomagnéticas. 

Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal de la magnetósfera terrestre, o sea el “escudo magnético” que nos protege de las emisiones solares nocivas. Si este escudo no actúa a tiempo, debido a la interacción entre el campo magnético de la Tierra y una onda de choque de viento solar o una eyección de masa coronal, las emanaciones energéticas extremas del Sol llegan directamente a nuestro planeta. 

Esto pone en riesgo a la Tierra de muchas formas diferentes: cortes masivos de energía eléctrica, daños por radiación solar a los satélites, amenazas para el tráfico aéreo o, incluso, el colapso de varios sistemas de comunicación, como por ejemplo la red de telefonía móvil o Internet. De esta manera, avanzar en sistemas que permitan predecir estas tormentas solares extremas se ha vuelto de suma trascendencia. 

Tormentas extremas con baja actividad solar

Al parecer, la nueva investigación no constituye una buena noticia al respecto. Hasta el momento se pensaba que las tormentas solares más intensas tenían lugar únicamente durante el Máximo solar, o sea el período dentro de los ciclos solares de 11 años en el cual el Sol presenta una mayor actividad, visible directamente a través de las manchas solares. Por el contrario, se creía que en los momentos de menor actividad este tipo de tormentas extremas no podrían concretarse. 

Ahora, los científicos suecos han comprobado que grandes bloques de hielo ubicados en las regiones polares permiten “leer” marcas históricas de una violenta tormenta solar, ocurrida 9 milenios atrás. Esta tormenta se registró durante un Mínimo Solar, y su fuerza la coloca como la más potente a lo largo de una extensa franja temporal.

¿Cómo identificaron los especialistas esta tormenta mediante el hielo antiguo? Durante las tormentas solares, el Sol expulsa grandes cantidades de partículas energéticas que pueden reaccionar con los componentes atmosféricos de la Tierra, produciendo los denominados radionúclidos cosmogénicos. La concentración de estos compuestos químicos puede calcularse al analizar el hielo, revelando las características y la intensidad de una tormenta solar, además de permitir su datación.

Como indican los investigadores en su estudio, las evidencias marcan que esta clase de eventos extremos pueden tener lugar en los momentos de descenso de la actividad solar, dificultando aún más su predicción. En consecuencia, sostienen que es crucial incluir a las tormentas solares en las evaluaciones de riesgo, analizando sus consecuencias para la tecnología actual y descubriendo cómo podemos protegernos.

Referencia

Cosmogenic radionuclides reveal an extreme solar particle storm near a solar minimum 9125 years BP. Paleari, C.I., Mekhaldi, F., Adolphi, F. et al. Nature Communications (2022). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-021-27891-4