Alcalà-Alcossebre cuenta con un extenso patrimonio arquitectónico que es reflejo de cómo han marcado la localidad las distintas épocas históricas. Si hay un monumento con el que se identifica el municipio y se ha convertido en un símbolo ese es el campanario de Alcalà. Se trata de una torre de 68 metros, considerada como una de las torres-campanario más altas de la Comunitat Valenciana, de planta octogonal y un espectacular remate, coronada por una imagen de San Juan Bautista.

El campanario se sitúa junto a la iglesia de San Juan Bautista, que data del siglo XVIII y es una magnífica muestra de barroco valenciano, sobre todo en su imponente fachada, compuesta por tres portadas de composición simétrica, coronada de fanales y rematada por la figura de San Miguel. En su interior, destaca el gran retablo central, obras del pintor Traver Calzada y que representa la degollación de San Juan Bautista. En el Museo Parroquial, se exponen pinturas al óleo, paneles y objetos de orfebrería. Una estupenda manera de acercarse a este valioso patrimonio es participar en la ruta La Herencia del Temple, organizada por la Concejalía de Turismo, en la que, siguiendo los distintos recursos señalizados, se recorren  los principales monumentos de la localidad.

Museu Alcalà

El castillo de Xivert es otra de las joyas del patrimonio de la localidad. Acudir a las rutas teatralizadas en las que templarios y moriscos nos cuentan su historia es una manera excelente de conocerlo, sobre todo en el caso de turismo familiar. Hasta el castillo se llega desde el núcleo de Alcalà y cuenta con aparcamiento para vehículos. La visita por los distintos espacios de la fortaleza nos permite identificar las distintas modificaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, ya que nació como castillo musulmán en el siglo XI pero fue escenario de la reconquista por parte de las fuerzas cristianas de la Orden del Temple.

El espacio total construido, de unos 8.000 metros cuadrados, se puede dividir en tres zonas: la alcazaba, el albacar, espacio amurallado donde se refugiaba la población y su ganado en tiempos de enfrentamiento y, por último, la aljama o poblado, situado en la vertiente sur-oriental de la montaña y que también estaba amurallado. Es en el castillo propiamente dicho donde se localizan las construcciones principales: torre celoquía, capilla gótica, torres gemelas, torre de poniente, aljibe gótico y una inscripción cúfica en la muralla externa, en el lado sur sur-este, pero es el recorrido íntegro de todo el conjunto el que nos puede ofrecer una visión mucho más amplia de lo que podría ser la vida cotidiana en aquellos días. En la actualidad, se han ido recuperando y poniendo en valor sus principales edificaciones y se han realizado excavaciones arqueológicas que han permitido descubrir restos de sus primeros pobladores.

Vistas desde Santa Lucía

Ermita de Santa lucía

Otro punto del término municipal con una importante repercusión arqueológica es la Ermita de Santa Lucía. Precisamente, para recoger los principales hallazgos aparecidos en estas campañas, ha abierto sus puertas el Centro de Interpetación Etnológica de Santa Lucía, situado junto al ermitorio. Visitarlo nos da pistas sobre los primeros moradores de la zona ya que se han documentado restos de la Edad de Bronce. Es imprescindible, durante la visita, dedicar unos minutos a las impresionantes vistas de toda la provincia y del mar Mediterráneo que se divisan desde el mirador de Santa Lucía.

El Calvario, la capilla de los Desamparados, la Ermita de Sant Antoni de Capicorb, el Prigó del Rey o la ruta de los pozos por el núcleo de Alcalà son otros de los ejemplos del variado y valioso patrimonio de Alcalà-Alcossebre. Conocerlo merece no solo una visita.