Los festejos patronales de Vila-real han dado paso, apenas una semana después, a las celebraciones populares de los barrios. Así, los cohetes disparados al mediodía de ayer anunciaban las fiestas de una de las zonas más antiguas de la ciudad, en la calle de la Soledad, dedicadas a la Virgen que da nombre a este barrio.

Si durante la jornada los residentes vieron entronizada la imagen de la Virgen en su capilla, hoy está previsto que la talla de 1945, obra de los artesanos de estatuaria de los talleres de Olot, sea trasladada hasta la iglesia de Sant Francesc. A continuación, se celebrará una misa en honor a la patrona, que más tarde saldrá en procesión por las calles.

Más tarde, el presidente de la asociación de vecinos, José Mª Rubert, y la junta organizadora dedicarán palabras de gratitud por los años dedicados a estos festejos de dos de los habitantes del barrio, Salvador y Josefina.

Rubert recordó ayer que las fiestas comenzaron a celebrarse en 1945, "precisamente para recibir la nueva imagen costeada por suscripción de todos los vecinos, ya que la anterior desapareció en la Guerra Civil".

Más de 60 años después, la intención del colectivo es mantener sus tradiciones como barrio, así como integrarse como representante vecinal ante los órganos de gobierno. Para ello, el año pasado, la asociación de fiestas, fundada en 1991, se renovó con el fin de convertirse en colectivo vecinal y así contar con representación en el Consell de Participació Ciutadana de Vila-real.

A lo largo de esta semana, La calle de Soledad celebrará la xulla del lunes, a la que seguirá una misa por todos los difuntos el martes. El miércoles habrá cucañas y juegos infantiles; y el jueves, se celebrará una chocolatada en la calle Assumpció.

La próxima semana se subirán al carro de los festejos los nuevos encargados de las celebraciones en honor al Cristo del barrio del Hospital, una comisión de fiestas formada por jóvenes de la peña Pocs i Bojos. El pregonero será el propio concejal de Fiestas de Vila-real, Ignasi Clausell.