La Policía Local de Vila-real ya ha empezado a trabajar, contactando con cuerpos de seguridad locales de la provincia de Huesca, para intentar dar con las empresas o grupos que compran los caracoles que colectivos de búlgaros procedentes de esta provincia expolian en el término municipal de Vila-real, así como también en toda la comarca.

Una acción que, además de producir importantes daños en los ribazos y acequias de fincas particulares --los caracoleros desmontan las piedras de las paredes y rompen estructuras-- también contraviene la normativa de montes y biodiversidad.

En este sentido, el propio concejal del área, Javier Serralvo, ha indicado a Mediterráneo que “el asunto se ha tratado en juntas de seguridad anteriores con representantes de otros cuerpos y se abordará la posibilidad de buscar a quienes compran los caracoles, tal y como se hace, por ejemplo, en el caso de la compraventa ilegal en las chatarrerías”.

Y es que, como informó el martes este rotativo, los agentes de la Policía Rural de Vila-real han impuesto en los primeros cinco meses del año un total de 36 denuncias a personas que recogieron grandes cantidades de caracoles en el término municipal de la ciudad, de manera que se está a solo nueve de alcanzar la cifra registrada durante todo el 2011.

Fuentes policiales señalan que los caracoleros que operan en la comarca son búlgaros residentes en Huesca, que recogen los ejemplares para extraerles las babas, altamente apreciadas para la elaboración de cosméticos. H