Semanas complicadas para el Villarreal CF. Cuando el club de la Plana Baixa tenía encarrilado el inicio de temporada, con buen arranque liguero y un liderato consolidado en solo cuatro jornadas en la Conference League, una serie de acontecimientos negativos comenzaron a minar la estabilidad de la entidad. El fallecimiento de José Manuel Llaneza, el ideólogo del Submarino del fútbol moderno, dio paso al vendaval que supuso la inesperada marcha de Unai Emery, dejando huérfano al equipo del gran valedor de la plantilla más competitiva de la historia del club. Para evitar que el barco fuera a la deriva, la cúpula directiva amarilla escogió como recambio a un entrenador diametralmente opuesto al vasco, Quique Setién, quien en solo dos semanas está en el alambre.
La mala dinámica deportiva, con tres derrotas y un empate en cuatro partidos oficiales y, lo que es peor, la pésima imagen ofrecida por el equipo con el santanderino en el banquillo, hicieron saltar todas las alarmas en el seno del club, con su puesto en entredicho y la plantilla dividida.
Reuniones por triplicado
La derrota ante el Real Mallorca y, especialmente, la imagen de impotencia de los jugadores, derivó en una serie de acontecimientos desde la noche del pasado lunes, con el entrenador en el disparadero.
El preparador santanderino se reunió con Fernado Roig, Roig Negueroles y Miguel Ángel Tena, el director de fútbol del club, el pasado lunes por la noche para analizar la situación y, según el técnico, le trasladaron su confianza.
La opinión del técnico: "¿Destitución? Eso no me lo preguntéis, no depende de mí"
En medio de toda la vorágine que está viviendo el técnico, a Quique Setién no le quedó otra ayer que dar la cara. Era día de previa de un partido, ante el Espanyol, que parece haber quedado en un segundo plano, aunque haya mucho más que tres puntos en juego esta noche.
Evidentemente, el encuentro de hoy pasó de puntillas, teniendo que tratar temas muy incómodos pero inevitables como los relacionados con su futuro.
Ante la posibilidad de que tenga que dejar el equipo, pese a que hace solo dos semanas que se hizo cargo, señaló que se centra en lo que puede controlar: «Lo de fuera no me compete y no lo puedo controlar. Lo que quiero es que mis jugadores den lo mejor de sí mismo y nada más».
No quiere oír hablar de destitución
No pudo evitar afrontar la pregunta obligatoria sobre si teme por su destitución: «¿Destitución? Esas cosas no me las preguntéis, no depende de mí. Yo me hice entrenador y sabía que estas cosas pasan. Eso es cosa suya». A su vez, confesó que tiene apoyo total de la cúpula directiva: «El club me ha trasladado la confianza, todos queremos ganar y es muy importante, pero yo no tengo una varita mágica. Estamos en un momento en el que está costando, los jugadores ya tienen una madurez de tiempo, por lo que saben que las rachas vienen. Yo hago lo mismo».
De los jugadores, el entrenador del Villarreal aseguró que los ve «receptivos» y que tratan de aplicarse, pero que no tienen el sentir de cada uno y que aunque es seguro que todos no piensan lo mismo, está convencido de que «lo van a hacer».
«Hay algunos que son reticentes, pero eso suele pasar. A otros les viene mejor lo que yo hago y que en otro contexto le va peor, pero lo importante es que vayamos todos a la vez. Yo sé que si no gano el murmullo va a estar ahí. Si ganamos las cosas cambian y no estaríamos hablando de esto. Esto es fútbol. Cada equipo lo hace a su manera y todo vale, esta es la nuestra», dijo.
En el club valoran la valía de Setién y le consideran capacitado para enderezar la situación, pero dado el mal inicio, el clima de negatividad que ha generado entre la afición e incluso la reticencia de muchos de los futbolistas de la plantilla al método tan arriesgado del entrenador, han hecho crecer la duda entre los mandatarios amarillos, quienes, en caso de una hecatombe ante el Espanyol, e incluso aunque venciera en Cornellà, podría precipitar los acontecimientos y buscar un técnico de otro perfil que pudiera aprovechar el parón para trabajar.
Habrá que ir día a día y el presente decidirá. Por el momento, la realidad tuvo continuidad ayer con una cumbre por la mañana entre los capitanes y la dirección de fútbol amarilla, en la que los jugadores hicieron llegar sus dudas con respecto a Setién, recibiendo la respuesta de los mandatarios de que es con el cántabro con quien deben sacar adelante la situación.
Dos horas reunidos
Y el círculo se cerró con una reunión de más de dos horas entre el entrenador y su cuerpo técnico junto a los componentes de la plantilla, con el objetivo de unificar criterios y cerrar filas en busca de dar con la tecla y empezar a sumar victorias desde esta noche ante el Espanyol.
Setién tiene fe en saber hacerles llegar su filosofía a los futbolistas y está convencido en que la fórmula dará resultados. «Estoy perfectamente, con la misma ilusión y las mismas ganas. Creo que los jugadores deben mejorar en cosas y al no poder trabajar en el campo, lo tenemos que hacer en el vídeo. Esto no es fácil, pero yo estoy con ganas y con fuerza», dijo ayer.
Lo cierto es que los jugadores tiene más dudas, al menos un número bastante amplio.
Ahora será el fútbol el que dicte sentencia, pero cierto es que toda la presión recae sobre Setién.
