La crónica | El Villarreal se da un festín de goles en Copa (0-9)

Apenas media hora le duró el sueño romántico al modesto equipo extremeño en la Ciudad del Romanticismo, cuna de Carolina Coronado y José de Espronceda. Justo 31 minutos tardó el Submarino en centrarse, por fin, tras un día absolutamente aciago con su desplazamiento a tierras extremeñas. Fue una verdadera odisea y dio la impresión de que, en el primer cuarto de partido, ese desconcierto le pasaba factura. Tenía el balón, también las ideas y la propuesta era la mejor. Pero siempre había algo, al final de la jugada, que lo estropeaba todo. Y encima, enfrente tenía un voluntarioso equipo que, estaba claro, no iba a regalar su derrota. 

Parecía no estar demasiado cómodo el cuadro amarillo, que tuvo mucho más control de balón que de partido en ese tiempo. Pero tardó apenas media hora en batir a Rubén. Era el tercer tiro a puerta y esta vez sí dio con la red. Un balón metido al espacio por Chukwueze para que Collado inaugurase el electrónico. A partir de este momento, todo se precipitó y de manera demoledora. 

Más goles

Tres minutos después, Baena firmó el segundo y, sin tiempo para cualquier atisbo de posibilidad de reacción por parte del Santa Amalia, el Comandante Morales rubricó el tercero en el 35. Ahí acababan las esperanzas del equipo extremeño, que intentó presionar con orden la salida del balón del contrario y que soñó hasta que la cruda realidad le golpeó.  

El equipo de Setién había intentado crear juego con acciones combinativas, mientras que el Santa Amalia no andaba con contemplaciones para evitar problemas en su zaga presionando. Los porcentajes de posesión (28 % por 72 % de los amarillos) fueron sembrando el camino de méritos hasta que se dio con la llave de la meta rival. Y con ese contundente 0-3 se llegó al descanso. La afición local, muy entusiasta y animosa antes y durante el choque, vio cómo sus esperanzas se desvanecían. Pero seguían apoyando a su equipo pese a que enfrente estaba un campeón de Europa League que ya había comenzado a carburar.

Y vaya si lo hizo. Apenas dio tiempo a tomar asiento de nuevo tras el periodo de descanso cuando Chukwueze, por partida doble y de bella factura, elevó la cuenta a la manita. Ya no había quien parase al Submarino, que tenía sus motores a pleno rendimiento mientras su rival se deshacía en su propia desilusión. Marcó en el 47 y en el 48, y permitió que Coquelin elevase el castigo. 

Antes, justo después del 0-5 (m. 49), Manu Agudo cumplió con la palabra que dio a sus jugadores durante la semana. Quería que jugasen todos y el mayor tiempo posible. Y comenzaron los cambios. Eso aportó energía al cuadro verde y, cuando el Villarreal dio la impresión de levantar un poco el pie, en vista del 0-6, llegaron las mejores ocasiones locales para hacer el tanto del honor. Pero Reina no estaba por la labor de dejarles. 

Para aplacar las ganas de los amalienses, apareció Gerard, que certificó con sello de urgencia el séptimo. Y no bastó con eso. El octavo lo firmó Capoue a diez minutos del final y el 0-9 sirvió para certificar el doblete de Gerard. Pero, a esas alturas, el partido hacía tiempo que había finalizado.