VILLARREAL CF

La crónica del Villarreal-Real Madrid | Europa tendrá que esperar (4-4)

Ni el póquer de Alexander Sorloth, que le marca 4 goles al Real Madrid, sirve para que el Villarreal siga con vida en su pelea europea

La Real Sociedad gana al Betis, pero el Submarino no pasa del empate y se queda sin competiciones europeas la próxima campaña

Lance del juego en el que Sorloth pugna por un balón ante Militao.

Lance del juego en el que Sorloth pugna por un balón ante Militao. / Manolo Nebot

Ismael Mateu

Ismael Mateu

Cuando le marcas cuatro goles al Real Madrid en casa y no ganas, difícil es lograr cualquier objetivo. Ni el póquer de Sorloth bastó. El Villarreal CF dilapidó en una pésima primera parte sus opciones reales de aspirar a competir en Europa la próxima temporada.

En un partido que define cómo ha sido la presenta campaña, muy mal en la primera mitad y excelente en la segunda, el Submarino se quedó a las puertas de remontarle un 1-4 al Real Madrid, en un partido loco en el que Sorloth con 4 goles se pone pichichi de LaLiga, pero que solo sirvió para empatar.

Ancelotti y Marcelino antes del Villarreal-Real Madrid.

Ancelotti y Marcelino antes del Villarreal-Real Madrid. / Manolo Nebot

Parecía que el conjunto amarillo llegaba al encuentro con la lección aprendida tras la pifia de Vigo. Pero la primera parte en general fue un auténtico desastre, para olvidar, como las del inicio de campeonato con Setién o Pacheta.

Con un Real Madrid al tran tran con su unidad B sobre el campo y sin apenas tensión, los suplentes de Ancelotti (quien los querría para su equipo) dieron un baño en toda regla a un Submarino timorato, sin sangre, sin mordiente y muy frágil en defensa.

Sorloth celebra el cuarto tanto ante el Real Madrid.

Sorloth celebra el cuarto tanto ante el Real Madrid. / MANOLO NEBOT

Huracán blanco

El partido empezaba con un trallazo de Alexander Sorloth al poste, un presagio de lo que iba a suceder luego, pero un espejismo en un primer acto que el campeón de LaLiga le marcó al Villarreal cuatro goles en seis disparos.

Tras dicho susto del Vikingo Groguet, la maquinaria blanca comenzó a funcionar, en parte por la parsimonia amarilla. Así, Arda Guler demostró por qué es el chico de oro, ya que está rentabilizando sus pocos minutos en LaLiga este año con goles. El turco abría el marcador aprovechando un error de cálculo de la zaga amarilla al cuarto de hora.

Joselu se reivindicaba a la media hora con un golazo de cabeza poniendo el 0-2, que contrarrestaba Sorloth con el primero de su póquer en el 39... aunque en el 40 Lucas Vázquez recuperaba el +2 fusilando a Jörgensen en área pequeña. Y La Cerámica enmudecía en el descuento del primer acto con el tanto del 1-4 de Arda Guler. Las caras al descanso eran de funeral.

Sorloth intenta marcharse de Militao y Lucas Vázquez en el Villarreal-Real Madrid.

Sorloth intenta marcharse de Militao y Lucas Vázquez en el Villarreal-Real Madrid. / Manolo Nebot

El show de Gerard y Sorloth

Pero en la segunda mitad tuvo ese cambio de guión que convierte el fútbol en el deporte más bello e impredecible que existe. Marcelino quitó a Cuenca, Parejo y Akhomach por Albiol, Coquelin y Traoré, y el Villarreal pareció otro.

De inmediato, el Submarino se adueñó del balón y Gerard Moreno se transformó en Aladino y Sorloth en el Rey de los Vikingos. Gery, el Killer de Santa Perpètua, cambió el rol de goleador por el de asistente, y le concedió tres deseos al noruego, que castigo por tres veces el marco de Lunin, rubricando así un póquer que dejaba el marcador en un 4-4 que, unido al triunfo de la Real ante el Betis, dejaba al Villarreal a algo más de media hora de seguir soñando. Hacía falta un gol.

Los jugadores del Villarreal agradecen tristes el apoyo del público tras el Villarreal-Real Madrid.

Los jugadores del Villarreal agradecen tristes el apoyo del público tras el Villarreal-Real Madrid. / Villarreal CF

Morir en la orilla

El público se animó, el equipo se envalentonó y los amarillos no dejaron de intentarlo. Sorloth la tuvo en un remate en plancha, Traoré hizo lucirse a Lunin y el «sí se puede» se sucedía en la grada.

Pero no, esta vez no. No era el día. El Villarreal mereció más ante el campeón de LaLiga, pero murió en la orilla. Ni el póquer de Sorloth sirvió en una gran tarde en la que se pagó cara la pésima primera vuelta del campeonato. No pudo ser, Europa tendrá que esperar.

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