El Juez de Paz de Burriana, Juan Gumbau, vive momentos difíciles, de incredulidad e impotencia. Por tercera vez en poco más de un año, el lunes volvió a ver cómo su vehículo particular quedaba inservible consumido por las llamas, un hecho que la primera vez atribuyó a la casualidad, pero que ahora tiene claro que forma parte de un ataque intencionado a su persona.

"No entiendo por qué me está pasando esto", afirma el funcionario municipal, que sin embargo no se manifiesta asustado. "Más bien diría que estoy desesperado, ya que me siento indefenso ante estos ataques. Sin embargo, debo decir que las autoridades se han volcado conmigo", afirma.

Cuando incendiaron el primer vehículo, un Renault Scenic azul, el 7 de junio del 2008, Gumbau lo interpretó como "una gamberrada, ya que sucedió a las 1.30 horas". Sin embargo, "la segunda vez que me ocurrió ya estaba claro que pasaba algo raro y un subteniente de la policía que vino de Valencia se hizo cargo del asunto".

Ese día, el pasado 7 de mayo, el juez aparcó su coche, un Peugeot 307 gris, frente a la puerta del cementerio, sobre las nueve de la mañana. Tras solo 15 minutos, y cuando enfilaba la entrada principal donde se encuentran los panteones, ya pudo ver el humo y las llamas que salían de su coche.

Además, ha tenido que vivir otro hecho desagradable en el cementerio. Y es que, entre otros desperfectos, la tumba de su mujer fue estropeada con salfumán. Gumbau, sin embargo, no relaciona este hecho con los incendios, ya que "ya ocurrieron antes de que se quemaran los coches; es simplemente alguna persona que quiere hacerme daño, por lo que sea".

El lunes apenas hacía una hora que había aparcado el vehículo en el lugar del suceso para ir al juzgado, en el camí d´Onda. Según relató él mismo, y como ya tenía motivos de sospecha, aparcó en plena calle en vez de en un almacén cercano, porque estaba a la vista. Pero estas precauciones no impidieron que el vehículo ardiera.

El sistema es igual al de las dos veces anteriores: colocan material candente en las ruedas delanteras y el fuego se propaga al resto del coche.

Su lista de sospechosos, de momento, está en blanco: "No tengo ni la más mínima sospecha de quién puede ser la persona responsable, ya que se lo hubiera comunicado a los encargados de la investigación". Ahora toca, de nuevo, adquirir vehículo, algo que el Juez de Paz contempla "con miedo", aunque considera que "es necesario". Además, no ha pensado en medidas especiales de protección, ya que tiene "total confianza en las autoridades".