Nacido en 1979, el Mercedes-Benz Clase G parecía eterno, pero después de varias evoluciones en su larga historia, un auténtico reemplazo ha llegado para adecuarse a los tiempos modernos. El nuevo modelo se reconoce enseguida al mantener intacta su cuadrada figura y conservar detalles como los faros redondos (ahora full led), las bisagras a la vista o la rueda de repuesto en el portón. Incluso los tiradores de las puertas y el sonido de su cierre han sido reproducidos con total fidelidad.

No obstante, sus dimensiones evolucionan de forma más marcada hasta alcanzar los 4,82 metros de longitud y los 1,99 de anchura, permitiendo una elevada ganancia de habitabilidad en todas las plazas. Además del espacio, los ocupantes también disfrutarán de un lujoso interior enteramente rediseñado, más funcional y dotado de un equipamiento de última generación que puede incluir hasta una instrumentación digital de doble pantalla.

IMPARABLE Bajo la carrocería, las suspensiones han sido modificadas para ofrecer un preciso y confortable comportamiento rutero. Pero, sobre todo, sigue sorprendiendo su capacidad para avanzar por lugares hostiles gracias a la rigidez del bastidor de largueros y travesaños, la tracción total permanente, los tres difrenciales bloqueables, la caja reductora o la mejora de todas las cotas todoterreno. La primera versión en llegar al mercado montará una mecánica de gasolina de 422 caballos con un cambio automático de nueve relaciones.