El Nissan Leaf, el coche eléctrico más vendido en el mundo, estrenó a principios de este mismo año una nueva generación que supera al modelo original en todos sus apartados.

Si su primera entrega ya marcó un antes y un después, esta segunda generación va incluso más allá. La competencia se ha multiplicado en los últimos tiempos y el fabricante japonés ha apostado fuerte para conservar la posición de privilegio que el Leaf ocupa en el mercado.

El nuevo modelo parte de la misma plataforma que ya utilizó su antecesor, aunque modificada y actualizada, por lo que mide 4,49 metros de longitud, apenas tres centímetros más que el Leaf anterior. Su diseño exterior resulta más atractivo y claramente más cercano al de un modelo compacto convencional.

En el interior, el espacio disponible es muy similar al que ofrecía el Leaf original, el maletero ha crecido hasta los 435 litros, la sensación de calidad es más elevada e incluye una completa conectividad. A cambio, el volante no es regulable en profundidad.

INNOVACIONES TECNOLÓGICAS Esta última entrega del Leaf también estrena un completo paquete de novedades técnicas. El motor eléctrico, por ejemplo eleva su potencia desde los 109 hasta los 150 caballos, lo que permite mejorar sus prestaciones. La autonomía, por su parte, también ha crecido, alcanzando ahora los 380 kilómetros homologados en el ciclo NEDC, lo que le permite rondar los 300 en condiciones reales.

Al volante, el eléctrico japonés se conduce como cualquier otro vehículo automático convencional. La ciudad es su territorio preferido, acelera con agilidad y su autonomía parece multiplicarse cuando se circula entre el tráfico urbano. Pero quizá lo mejor es la comodidad que aporta el nuevo sistema E-Pedal, un dispositivo que permite detener el vehículo con solo levantar el pie del acelerador y que, en condiciones normales, evita tener que utilizar el freno al tiempo que incrementa la recarga de la batería gracias a su frenada regenerativa.

En carretera, el nuevo Nissan Leaf es cómodo, muy fácil de conducir y resulta claramente más rápido y dinámico que su predecesor, aunque exprimir todas sus prestaciones implica que la autonomía real se reduzca con rapidez.