Todas las víctimas mortales de accidentes de tráfico en carretera se concentran este año en la N-340, la carretera en la que se encuentran actualmente los dos únicos puntos negros de la provincia.

Hasta la fecha son cuatro las personas que han muerto en la provincia de Castellón en lo que va de año en vías interurbanas y todas ellas lo han hecho en la nacional, según datos de la Jefatura Provincial de Tráfico facilitados a Mediterráneo. Les Alqueries, la Ribera de Cabanes, Vinaròs y Benicàssim son los lugares en los que han tenido lugar los accidentes mortales, en los que han fallecido tres conductores de coche y un ciclista, que fue arrollado en la capital del Baix Maestrat el pasado mes de marzo por un conductor que dio positivo por drogas en el test policial.

La 340 concentra, además, los únicos dos puntos negros que la DGT tiene establecidos en Castellón en la actualidad. Cabe recordar, tal y como han explicado especialistas del área de Seguridad Vial de la DGT de Castellón, que «se trata de los tramos de vía donde se producen dos o más accidentes con víctimas en un mismo año natural y entre los cuales no distan más de 100 metros».

En concentro, según los accidentes registrados durante el año 2016, uno de los dos puntos negros de la provincia se sitúa entre los kilómetros 990,435 y 990,600 de la naciona, entre Benicàssim y Orpesa. Allí se produjeron el pasado año tres accidentes graves, en los que hubo un fallecido, dos heridos graves y tres leves.

El otro punto negro provincial es el que transcurre entre el 969,4 y el 969,5, en el término de Almassora. Aunque en 2016 no se produjeron en ese tramo víctimas mortales, la DGT registró seis siniestros viales con hasta ocho personas heridas.

INICIO DE AÑO NEGRO EN CIUDAD / Por lo que respecta a los accidentes de tráfico en ciudad, tres motoristas y dos ciclistas han perdido ya la vida en lo que va de año en Castellón en un inicio de año negro.

Una cifra notablemente superior a la del 2016, cuando a estas alturas del año eran dos las víctimas mortales. Los dos últimos fallecidos en zona urbana durante la Semana Santa, un menor de 13 años en Burriana y una joven de 24 en Benicàssim, han reabierto el debate de la difícil convivencia entre los distintos vehículos y peatones en núcleos urbanos.

Castellón, Almassora, Benicàssim y Burriana son las cuatro localidades en las que se han registrado los cinco accidentes mortales con ciclistas y motoristas del 2017. Tres de los fallecidos tenían menos de 25 años.

El jefe provincial de la DGT, Víctor Sales, ha pedido «esfuerzo», «solidaridad» y «respeto» en las zonas urbanas y ha recordado a los conductores que es importante «no bajar la guardia nunca» y poner en los desplazamientos por ciudad «la misma atención que en los viajes largos».