La provincia de Castellón cuenta con dos cotizantes a la Seguridad Social por cada pensionista, una cifra próxima a la media estatal, que se sitúa en 2,17. La situación no es tan preocupante como la que se sufre en las provincias gallegas, como Orense, donde la paridad es uno a uno, pero se aleja de la vivida en Baleares, que tiene una tasa de dependencia de tres ocupados por pensionista, según los datos emitidos ayer por el Ministerio de Empleo.

Con la recuperación económica la provincia va ganando afiliados. Por ejemplo, en junio había 8.541 más que en el año anterior, un 3,89% más. Sin embargo, no se recuperan los niveles precrisis, y los 228.577 con los que contaba la provincia a cierre de junio suponen 24.161 menos de los que había en el ecuador del 2008.

Por el contrario, aumentan los pensionistas (114.577). En la actualidad se perciben en la provincia de Castellón 129.573 pensiones, 14.298 más que hace una década. El envejecimiento ha propiciado un alza de prestaciones de jubilación, hasta alcanzar las 82.274 personas, lo que supone 9.990 más que diez años atrás.

MENOS NACIMIENTOS

El invierno demográfico que sufre la provincia compromete el futuro del sistema, y Castellón registró en el último año la cifra de nacimientos más baja desde el año 2000, con apenas 4.780 alumbramientos, 323 menos que en el 2016 y lejos del pico de los 7.206 del 2008.

Solo a medio plazo, en 2031, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de mayores de 67 años se incrementará en 26.451 personas, pasando del 15,6% al 21,9% de la población. Mientras, la franja de gente en edad de trabajar bajará en 41.819 individuos, del 68% al 66%. Por contra, los menores de 16 años se reducirán en 27.942 pasando de representar el 16% a suponer el 12% del total.

Y esto porque, aparte, los patrones migratorios han cambiado. Si del 2000 al 2010 la provincia de Castellón ganó 100.000 extranjeros (pasando de 10.326 en el 2000 a 112.265 en el 2010), en los últimos años, pese a la leve recuperación del último año, la cifra asciende a 81.331.

¿Tiene remedio la actual situación? Enrique Domínguez, economista, explica que el futuro de las pensiones es un problema complicado que pasa por incrementar el número de trabajadores y, por tanto, de cotizantes. Al margen de ello, estos deberían percibir salarios más adecuados que los actuales y tener empleos que no sean temporales ni parciales. A ello, habría que añadir que hubiera un incremento de los salarios acorde al alza del IPC y a la productividad de la empresa, y que la formación del trabajador fuera la adecuada conforme a las necesidades del mercado. Otra opción sería replantearse la edad de jubilación, si hay que retrasarla de los 67 a los 69 años.

Asimismo, se podría mirar por dónde puede crecer el mercado laboral: «Ligado al progresivo envejecimiento, a que la población vive más años, y llega con mayor calidad de vida, se van perfilando «nichos de mercado en todo lo relacionado con la atención a la dependencia y el ocio».

También consideró que «faltan medidas que potencien la natalidad», ya que en la actualidad las mujeres tienen hijos a edades cada vez más maduras y cada vez hay más parejas que o tienen un hijo o no tienen descendencia».

Domínguez habla incluso de la posibilidad de plantear una modificación del actual sistema de pensiones. En España, los trabajadores que cotizan están pagando las actuales pensiones, cuando en otros países es una cuenta que cada trabajador se autorregula sus cotizaciones. «Habría que retomar el pacto de Estado sobre el futuro de las pensiones, algo en lo que nadie parece querer entrar», apunta.

Al igual que Domínguez, Francisco Sacacia, secretario general de UGT, plantea activar «políticas que ayuden a aflorar el empleo sumergido, dotando de más recursos a la Inspección de Trabajo y a la lucha contra el fraude».

También coincide Sacacia con Domínguez en la necesidad que «premiar la natalidad», pues tener un hijo para una mujer tiene una repercusión en su vida laboral y en sus pensiones futuras.

INMIGRACIÓN

Por último, apela a dejar de ver solo los problemas que genera la emigración. No decir aquí no entra nadie, sino ver de qué manera la gente que sale de su país y, bien regulado, dar a los inmigrantes la oportunidad de que trabajen y se integren.

Destaca la necesidad de que se eleven los sueldos. Un ámbito en el que pide la retirada de la reforma laboral. Asimismo, reivindica la subida de impuestos a grandes empresas y fortunas. «La pensión es un derecho, no un favor ni una limosna», recuerda. H