La Conselleria de Cultura ya tiene el proyecto encargado por el área de Sostenibilidad Ambiental del Ayuntamiento de Castellón, y avanzado esta semana por Mediterráneo, que sustituirá el entorno de la cruz del Ribalta tras su retirada. El documento necesita de la autorización de la administración autonómica para poder ejecutarse, ya que afecta a un bien de interés cultural, que es el parque Ribalta desde 1981, y condiciona la retirada de la cruz, ya que sin el OK de Cultura a este proyecto no se puede proceder a quitar el monumento.

La concejala de Sostenibilidad Ambiental, Sara Usó, explicó ayer que el proyecto «ya se ha enviado a la Conselleria de Cultura» y que no saben plazo» para que se pronuncie sobre si autoriza o no la actuación prevista en el Ribalta. Por su parte, la edila de Cultura, Verònica Ruiz, reconoció que confía que sea «en breve» para poder «cumplir con la ley de memoria histórica y retirar la cruz» como tienen «previsto desde el equipo de gobierno», señaló.

El proyecto encargado por el consistorio busca emular el parque Ribalta de los años 30, al basarse en planos de esa década, anterior a la colocación de la cruz -que se levantó en 1944- y prevé más de 800 metros cuadrados entre zonas verdes y paseo para remodelar la zona de la cruz del Ribalta. En base al trabajo que ahora tiene que valorar la Conselleria de Cultura, en el espacio que ocupa la cruz se acondicionarían dos zonas de jardín; una de 321,96 metros cuadrados y otra de 241,60 metros cuadrados, por las que cruzaría un paseo con una superficie estimada de otros 241,60 metros cuadrados.

REUBICACIÓN

Respecto a qué se hará con el monumento en sí una vez se retire del que es el principal pulmón verde de la ciudad, todavía no hay una ubicación clara, tras estar descartado el cementerio de San José que podría ser un lugar para esta, al no haber espacio físico disponible para esta cruz de gran envergadura, según ha reiterado en varias ocasiones la edila de Cultura.