A Daniel Gozalbo, verdadero artífice de la candidatura a primarias de Germán Renau junto a otro histórico como Ernest Nabás, le pudo más el corazón y la frustración del perdedor que la cabeza. Gozalbo ya debe saber a estas alturas que si abandona el barco y renuncia a la secretaría general local del PSPV, como dejó entrever ayer, Valencia nombrará automáticamente una comisión gestora y la tutelará, en buena lógica, en sintonía con la ganadora y ya candidata, Amparo Marco. Y eso tiene su importancia porque, pasado el periodo de primarias, ahora viene la elaboración de las listas. Falta por saber si el grupo contrario a Marco querrá seguir manteniendo la tensión e influir en las listas, o ceder. Y con Gozalbo al frente, la ejecutiva todavía puede hacer fuerza a la hora de negociar la candidatura que debe refrendar después la asamblea local del PSPV. Bien es cierto que vistos los resultados de primarias, Marco tiene apoyos para ganar esa asamblea interna e imponer su lista, aunque sea por poco margen. Pero no estaría de más ir cerrando heridas e intentar integrar a alguna persona recuperable de la parte perdedora. Pero en medio de toda esta ensalada de intereses y familias, lo más urgente para Marco sería constituir ya el comité electoral con gente afín y reducir así el poder de Gozalbo, por si se arrepiente de ese amago de dimisión. H