En náutica, levar anclas significa salir del puerto, zarpar. Y eso precisamente es lo que le está sucediendo estos últimos meses a este sector en Castellón. Tras casi seis años en caída libre, con decenas de amarres vacíos y embarcaciones abandonadas, los clubes y las principales marinas de la provincia empiezan a ver la luz al final del túnel y prevén cerrar el año (el primero desde el 2008) con un ligero aumento del tráfico de embarcaciones.

La Asociación de Clubes Náuticos de la Comunitat Valenciana (ACNCV), que engloba a 27 de los 34 clubs que existen en la región, asegura que durante los meses de julio y agosto de este año el turismo de navegantes se ha incrementado un 14 % respecto al mismo período del año anterior. “Por primera vez hemos detectado más movimiento de turistas extranjeros y también nacionales, sobre todo de origen madrileño, que han alquilado más barcos para recorrer la costa”, explican en la asociación. Y en Castellón los datos van en la misma dirección. El club de Burriana ha cerrado el verano con un movimiento de 254 embarcaciones (un 15% más que el año pasado); Vinaròs ha aumentado el tráfico un 30% (100 barcos), mientras que en Orpesa la cifra es similar. Es cierto, reconocen en todas las entidades consultadas, que se partía de temporadas muy malas y con datos muy bajos, aunque en todo caso la novedad, más allá de las cifras, es el cambio de rumbo.

Clubes como el de Castellón empiezan a hablar de recuperación, aunque todavía lo hacen con la boca pequeña. “Es verdad que ha habido un incremento de transeúntes y que se ha frenado el éxodo de socios. Hay una cierta recuperación, pero aún es prematuro hablar del final de la crisis”, matiza Juan José García, presidente del club de la capital.

A los clubes les empieza a ir un poquito mejor y a las marinas también. Pepe Guillén, de la marina BurrianaNova, también constata la mejoría, aunque matiza que en términos absolutos se tardará en alcanzar las cifras precrisis. “En el caso de Burriananova se ha registrado un alza de ocupación del 10% desde el año 2010 y un incremento de transeúntes no nacionales. Para nosotros el cliente extranjero ya se acerca al 42% y va en un claro incremento cada año frente al nacional”, argumenta.

LARGO CAMINO // Pero, aunque las estadísticas empiezan a mostrar un cambio de tendencia, quienes están al frente de clubs y marinas aseguran que todavía queda mucho por hacer y que el turismo náutico valenciano podría dar mucho más de sí, sobre todo, en las provincias de Castellón y Valencia. “Se está trabajando con hoteles y turoperadores para atraer a más clientes hacia las actividades náuticas”, avanzan desde la ACNCV. En Castellón, el club náutico, conjuntamente con otro club deportivo, está ultimando un proyecto para captar aficionados de Europa. H