Vuelve un clásico que parecía ya enterrado: las colas en la oficina de Extranjería de Castellón. Y es que parece que el cambio de sede de este organismo dependiente de la Subdelegación del Gobierno, que ha pasado de estar en la calle Tenerías a la plaza Teodoro Izquierdo, no ha ayudado a solucionar el problema, en la base del cual está un recorte de personal.

Así lo han señalado fuentes procedentes del Colegio de Graduados Sociales, que denuncian retrasos que “pueden llegar a un mes” en la expedición del INE, un documento que es necesario para, por ejemplo, que los ciudadanos extranjeros puedan comprar una vivienda o abrir un negocio, dos de los supuestos más habituales.

Esta situación se vive desde principios de julio, cuando se redujo el personal dedicado a esta tarea de seis a tres personas. Es por ello que, de expedir entre ocho y 10 INE al día desde esta oficina, se ha pasado a completar entre cuatro y cinco, indican las mismas fuentes, una cifra insuficiente ante la alta demanda existente actualmente.

Un problema que, además, “ralentiza la economía”. “Nos estamos encontrando con casos de personas que quieren abrir restaurantes en Castellón y todavía no han podido porque no les han dado el INE”, indican desde el Colegio de Graduados Sociales.

Es por ello que las colas en el exterior del recinto, situado frente al Estadio Castalia, vuelven a ser habituales todas las mañanas. Tal y como indican estos profesionales, “si se quiere conseguir un buen sitio en la misma hay que acudir a las siete de la mañana para empezar a ser atendido a las nueve”. Además, existe la posibilidad de estar haciendo cola durante toda la mañana y que al final no se consiga el INE ese día concreto.

nerviosismo // Esta situación está empezando a crear los primeros problemas entre los extranjeros que acuden al recinto, ya que muchos de ellos “se frustran” al no poder conseguir el documento. Sin ir más lejos, reseñan que la pasada semana tuvo que acudir hasta la oficina el comisario jefe de Castellón, puesto que las quejas habían subido de tono y existía el peligro de incidentes entre trabajadores y ciudadanos.

Desde el Colegio de Graduados Sociales indican que, de no ponerse remedio a esta situación, “los problemas irán a más”. “La oficina de Extranjería se puede convertir en un auténtico polvorín. Hay mucha gente de todos los ámbitos, desde empresarios hasta prostitutas”, manifiestan dichas fuentes. H