El servicio de acogida Setella Maris ha atendido a 84 marineros durante este verano y visitado seis navíos. Esta oenegé depende del Apostolado del Mar de la diócesis de Segorbe Castellón, que trabaja para atender las necesidades de los tripulantes de los barcos que llegan al puerto de Castellón.

El párroco del Grao, Albert Arrufat, director del Apostolado del Mar, explicó que la mayoría de los asistidos son chinos (45), filipinos (30) y, en menor medida, rusos, ucranianos y turcos.

La misión de Stella Maris y el Apostolado del Mar es salir al encuentro de los hombres que trabajan en el comercio marítimo o en la pesca, sus familias, el personal de los puertos y todos los que emprenden un viaje por mar, para atender sus necesidades humanas y religiosas. Así, también les ofrecen ayuda espiritual.

El 7 de julio tuvo lugar la inauguración de su local, cedido por el Puerto de Castellón y ubicado frente a los jardines del Puerto, aunque venían trabajando desde el 2015. Los asistentes pueden utilizar las instalaciones del Stella Maris para pasar un rato de asueto por las tardes, al finalizar la jornada laboral, ya que el local permanece abierto de 17 a 22 horas. Así, les ofrecen refrescos, estar entretenidos, ver la televisión y también una conexión a internet para poder comunicarse con su casa. Asimismo, les aportan información turística y de los servicios que hay en el Grao. Así, las instalaciones cuentan con conexión wi-fi, sala de juegos, ordenadores y un lugar de lectura.

«Ellos pasan la mayor parte del tiempo en el barco; si acaso bajan un rato por la tarde. En cada buque hay de 20 a 25 marineros», explica Arrufat, quien señala que los navíos suelen permanecer en el Puerto unas 48 horas, desde que atraca hasta que termina la operación de carga y descarga y se marcha. «A veces, cuando terminan su contrato, tienen que esperar un tiempo a coger el avión o estar en el hotel hasta que les toca marcharse», señala.

En la actualidad el centro cuenta con 15 personas: 12 voluntarios, una persona contratada, un coordinador y el director.

UNA FURGONETA // «Tenemos necesidad de una furgoneta porque es importante el transporte para poder entrar en el Puerto», explica Arrufat, al respecto.

Y es que una de sus tareas consiste en visitar las embarcaciones para que los marineros conozcan el servicio y sepan de sus necesidades, por que el acceso a veces está a 4 kilómetros. Este verano han visitado seis navíos.